José Tomás descansa en Ribadesella

La turística villa de Ribadesella está mas que acostumbrada a recibir visitantes de toda índole y condición. En sus hoteles se han alojado actores de cine, músicos internacionales, humoristas, políticos de renombre y, este mismo fin de semana, José Tomás. El maestro, para muchos aficionados, uno de los mejores en la historia de la tauromaquia, llegó el domingo acompañado por tres amigos de Galapagar, su madrileño pueblo natal.

Sse alojaron en el Hotel Don Pepe, en primera línea de la playa de Santa Marina. Lo hicieron en habitaciones con vistas al popular arenal riosellano. Su presencia en la villa casi pasa inadvertida, aunque no del todo.

Su estancia fue espartana y transcurrió entre partidas de cartas en el salón del hotel y alguna que otra visita al campo de golf de La Rasa de Berbes para practicar su otra afición deportiva. Unas instalaciones naturales que le maravillaron, tanto por el recorrido de sus hoyos, como por sus espectaculares vistas y sus visitantes otoñales: los gamos del Sueve.

Casi como única prueba de su paso por Ribadesella es la instantánea que el diestro se sacó junto a la vegadense María Rodríguez, recepcionista del Don Pepe, sobre estas líneas.

Ribadesella no es una villa muy taurina, pero si lo fue en el pasado. La primera corrida de la que se tiene constancia data del año 1527, la que se celebró en homenaje al emperador Carlos V a su paso por el concejo. Luego llegaron los festejos que a principios del siglo XX se celebraron en el ruedo de madera construido por la Marquesa de Argüelles a los pies de Monte Somos. La última novillada de la que se tiene noticia es una celebrada en 1966 coincidiendo con la Fiesta de las Piraguas. José Tomás aún no había nacido por aquel entonces, que este año ha cumplido el veinte aniversario de su alternativa.

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