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Andrea Inguanzo
Jueves, 24 de septiembre 2015, 00:16
La confidencialidad era la máxima del grupo municipal socialista de Llanes, anteriormente equipo de gobierno, para la puesta en marcha y el funcionamiento del programa Llanes Ayuda Solidaria. Así lo concretó ayer la número dos del partido, Sandra García, asegurando que este era «un programa confidencial y, como tal, se destruyeron los listados de beneficiarios, pero sí existían». La edil narró que el germen de esta iniciativa surgió «cuando detectamos que había familias que no estaban recibiendo ayudas ni de Cruz Roja, ni de Cáritas, ni del Banco de Alimentos pero que, aunque no se atrevían a pedirlas, las necesitaban por su situación económica derivada de la crisis».
Es en ese momento cuando el anterior equipo de gobierno decidió poner en marcha una herramienta para ayudar a estas personas, con la confidencialidad como «buque insignia». «Si ahora se redacta un reglamento, ésta se perderá», matizó. «El señor alcalde nos acusaba de que las entregas no se habían pasado por registro. De haber sido así, ¿dónde quedaba la intimidad de las familias?», cuestionó García. Insistió en que tanto ella como Silvia Ruenes, exconcejala de Servicios Sociales, estaban al tanto del programa, el cual conocía también «toda la red de voluntarios, a los que doy las gracias por todo lo que hicieron por Llanes Ayuda Solidaria».
Por ello, que ahora se les acuse de «recabar votos» y se utilice este asunto «como instrumento político» es, a su juicio, «de muy mal gusto». «La actual teniente de alcalde firmó el compromiso de confidencialidad del programa cuando este nació y asistió a dos reuniones», recordó. También rompió una lanza a favor de los voluntarios, recordando que «existía un calendario de disponibilidad» e incluso que «cuando alguno de los beneficiarios, por ejemplo, encontraba trabajo, pasaba a ser voluntario». «No eran siempre los mismos». También insinuó que «las trabajadoras sociales podían haber sido voluntarias perfectamente».
«Se ayudaba a vecinos de todos los colores políticos. Yo no le pedía el carné de socialista a una persona que me está solicitando comida, ¡cómo se lo voy a pedir!. Es indignante que se nos acuse de esto y rastrero que se pueda utilizar la necesidad de nuestros vecinos como arma política», reprochó.
Respecto a la existencia de una deuda con los principales centros escolares del concejo, que según el Ayuntamiento asciende a un total de 12.000 euros, Sandra García tuvo pocos argumentos. Inicialmente recordó que si, tal y cómo decía el regidor, «había 8.000 euros en la cuenta del programa y otros 7.000 en las tres que se abrieron para recaudar fondos con motivo de varias catástrofes naturales, es cuestión de matemática pura. Se unen ambas partidas y hay dinero de sobra». Aunque también destacó que «nosotros nos fuimos en junio, con el curso aún sin terminar y, por tanto, las facturas de las becas de comedor debieron llegar al nuevo equipo de gobierno», y continuando con su evasión de responsabilidades afirmó que, aunque parece ser que en el colegio Santa María de Valdellera de Posada se adeudan dos años, «el año pasado yo tenía entendido que sí se había pagado». «No sé por qué no consta, pero había dinero de sobra en la cuenta y, sino, se habría hecho una modificación de crédito o lo que fuera».
Y también aclaró la número dos socialista que, «tal y cómo se explicó hace un par de años en un pleno», se recibieron muchas ayudas para estas catástrofes, «pero llegó un momento en que las ONG a las que iban destinadas dijeron que ya no recibían más». «Las cuentas permanecieron abiertas, la gente seguía donando, ¿qué hacíamos con ese dinero? Pues qué mejor que ayudar a nuestros vecinos», afirmó. Confirmaba así otro de los argumentos del regidor llanisco, que no entendía cómo esos montantes se habían «reconducido» al programa municipal.
No estaban capacitadas
Sobre la concesión de becas de comedor, libros de texto o actividades extraescolares, García reconoció que «Silvia y yo no estábamos capacitadas para entregarlas, eran los técnicos los que lo tenían que hacer». Según el actual gobierno esto no ocurría así, llegándose a «pasar por alto» los informes negativos de los trabajadores y entregándose ayudas a personas que «no las habían solicitado o, en su caso, se les había denegado». «Yo creo que se están confundiendo los términos porque, claro, se supone que no les dejamos ningún papel para comprobarlo», ironizó la edil socialista. «No se trabajaba al margen de nada, era otro programa completamente diferente. Una cosa era el Ayuntamiento y los Servicios Sociales y otra un programa de solidaridad de la gente».
Defendió el trabajo realizado por su equipo por encima de todo, aunque asumió que «todas las cosas son mejorables». Confirmando que el PSOE está valorando «la idea de tomar algún tipo de medida en contra de todas estas acusaciones», insinuó que si las familias no han vuelto a pedir los alimentos y los juguetes que se les donaban «es porque el programa no se ha publicitado». «Se les olvidó en estos tres meses y, ahora, arremeten así contra nosotros». Por último, le pidió al nuevo gobierno de Llanes que «tenga un poco de dignidad política».
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