El pueblo de Vibaño honra a la Virgen del Rosario

Como cada tercer domingo del mes de octubre la localidad llanisca de Vibaño celebraba en la mañana de ayer el día grande en honor de la Virgen del Rosario. Aunque los actos festivos ya habían comenzado en la tarde del sábado con la plantación de una hoguera de 30 metros, que los mozos habían sacado del ocalital del Cárabu. Y a continuación se celebró una animada verbena en la plaza de la Iglesia.

Ayer, superado el mediodía, los vecinos salían con el ramo de la plaza de Las Raíces y de costear los panes se encargaron la totalidad de los lugareños y algún foráneo. La pirámide de panes, primorosamente adornada y rematada con un cerquillo repleto de rosquillas de anís, llegó al pórtico de la iglesia parroquial a hombros de los jóvenes Joaquín Llera, José Manuel Fernández, Sergio Fuente y Ángel del Hoyo.

Al contrapunto de dos tambores en manos de Silvia Sánchez y Cristina Fernández, las mozas entonaron las tradicionales coplas del ofrecimiento del ramo y dieron vueltas alrededor del mismo formando el característico 'caracol', tan apreciado por los puristas al tratarse de una reminiscencia que hunde sus raíces en la noche de los tiempos. A continuación desplazaron el ramo al interior del templo, lo colocaron a los pies de la Virgen del Rosario, y daban comienzo a la procesión por las calles y caleyas de la localidad.

Abrían la marcha los hermanos José y Ángel Rey, gaiteros originarios de Vibaño. En ordenas filas caminaban tres decenas de aldeanas y en medio de ellas el ramo, un preciado bien que estuvo presente a lo largo de toda la jornada. Seguían las andas con la imagen de la Virgen del Rosario, el sacerdote y un elevado número de devotos. La mañana ya se había convertido en tarde cuando finalizó la misa. El paso siguiente en el programa apuntaba al festival folclórico en el que los mayores ofrecieron una interesante muestra con el Fandango, el Xiringüelu de Naves, el Trepeletré, las jotas del Cuera y Cadavedo y el Pericote. Y los críos bailaron el Xiringüelín, el Quirosanu y la Jota de Leitariegos.