Hontorianos de siete pueblos

En un acto multitudinario, con presencia de más de mil personas y 400 comensales en torno a bien surtidas mesas, la localidad burgalesa de Hontoria del Pinar acogió el pasado sábado una jornada de hermanamiento entre las siete localidades españolas que tienen en común el nombre de Hontoria. Además de los anfitriones, allí estaban los llaniscos de Hontoria; los cántabros de Ontoria; los segovianos de Hontoria; los burgaleses de Hontoria de Valdearados y Hontoria de la Cantera, y los palentinos de Hontoria del Cerrato. Al final de una inolvidable jornada festiva se decidió que el hermanamiento tenga vocación de continuidad y que en 2015 se celebre en la Hontoria de Llanes. Será «a finales del mes de junio», según adelantaba ayer Ángel Avín, alcalde pedáneo de la parroquia llanisca que engloba los pueblos de Hontoria, Villahormes y Cardoso.

Al frente de la comitiva llanisca desplazada a tierras burgalesas se encontraban José Manuel Herrero, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Llanes, y el concejal José Juanes. Desde la parroquia de Hontoria, en un autobús y en coches particulares, acudieron más de un centenar de vecinos.

La llegada de la expedición llanisca a Hontoria del Pinar causó impacto. Se presentaron acompañados por la banda de gaitas L'Alloru de Balmori y el grupo de baile parroquial, que a las primeras de cambio ofreció inigualables pinceladas folclóricas con la interpretación de tres piezas emblemáticas: la Jota del Cuera, el Xiringüelu de Naves y el Pericote. Eso sí, las otras seis localidades también llegaron acompañadas por los grupos de baile más representativos de sus zonas de procedencia. Los burgaleses de Hontoria de Valdearados escenificaron una batalla de la guerra de la Independencia que se libró en su pueblo y para ello se presentaron ataviados con impecables y llamativos atuendos de la época napoleónica, entre ellos los que se enfundaban los soldados polacos a las órdenes de Napoleón. Una pasada.

La jornada comenzó con una recepción en el Ayuntamiento de Hontoria del Pinar, seguida de pasacalles y una misa celebrada por cuatro sacerdotes. Durante la eucaristía se presentaron las ofrendas, con productos típicos de cada pueblo. Los llaniscos llevaron una borona preñada, quesos, manzanas, sidra, ocle y tejas de elaboración artesanal. Entre los regalos que los llaniscos ofrecieron a las autoridades de los otros seis pueblos, figuraba una reproducción de la Torre de Llanes, aportada por el Ayuntamiento, y el libro con apuntes históricos de Llanes de Manuel García Mijares, obsequio de Manuel Maya, director del semanario El Oriente de Asturias.

Posiblemente, el acto más entrañable llegó cuando los llaniscos entrelazaron sus brazos para interpretar la danza del Carmen, con estrofas alusivas a la ocasión, y a ellos se unieron centenares de lugareños de las otras Hontorias.