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Los participantes en la visita observaron los daños causados por los aportes de arena en la duna.
La playa de Vega, de importancia biológica

La playa de Vega, de importancia biológica

«Es vital para la regeneración de las dunas que se marquen y respeten unos accesos al arenal»

P. MARTÍNEZ

Jueves, 14 de junio 2018, 11:06

El arenal de Vega es uno de los más solicitados de la costa oriental durante los meses de verano. Su entorno natural y sin urbanizar lo hacen muy atractivo a turistas y locales que acuden a esta playa a diario. Durante años los bañistas han ido accediendo a la orilla a través de los múltiples caminos que se han ido formando entre las dunas, las mismas que a día de hoy sufren las consecuencias con el empobrecimiento de su flora, apenas cuidada. «Es vital para la regeneración de las dunas que se marquen y respeten unos accesos a la playa», manifiesta Amaya Aguirre, bióloga y vecina de Vega. «El terrible temporal de febrero ha dañado la duna al filtrarse el agua por las veredas que hay a lo largo de toda la playa».

Este arenal riosellano es considerado monumento natural desde el año 2001, además de ser Lugar de Importancia Comunitaria, títulos que no han mejorado su cuidado. Lejos de suponer unas mejoras para el ecosistema de la playa, sigue sin hacerse conocedores a los usuarios de Vega de la importancia de su conjunto de dunas.

Esta playa posee un sistema dunar litoral formado por tres estratos muy diferenciados. El primero de ellos es la llamada duna embrionaria, situada en la parte oriental de la playa. Esta zona se caracteriza por la existencia de plantas como el cardo marítimo o el barrón, muy presente en la misma. Este primer estrato es además el más dañado por los continuos aportes de agua y arena causados por las grandes mareas, y que han traído multitud de especies invasoras. En el segundo sistema la flora que predomina es el barrón. Esta duna está marcada por un exceso de materia orgánica que se ha ido depositando en ella durante años y que poco ha poco ha ido envejeciéndola.

En el estrato posterior encontramos la especie lanaria, comúnmente denominada 'mosquita dorada', una planta que pese a no ser característica de este arenal es en la actualidad el único que la posee de todo el litoral cantábrico.

El desconocimiento de la riqueza dunar de Vega ha llevado a que la playa se encuentre llena de plantas invasoras que impiden que la propia flora del sistema se desarrolle. Del mismo modo, la acción humana no favorece tampoco la regeneración de estas dunas. Como explicaba Amaya Aguirre durante la visita a este entorno que organizó la asociación 'Riosellanos por el mundo', «es necesario que haya un conocimiento de lo que tenemos aquí para crear conciencia en torno a ello, además del compromiso por parte del Principado y Demarcación de Costas, que hasta ahora no han hecho nada». La agrupación tiene una gran conciencia de preservación en torno a esta playa, que es sin duda una de las joyas de Ribadesella.

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