Guillermo Fernández Buergo
Jueves, 14 de junio 2018, 11:06
Los vecinos de Celorio comenzaban en la tarde de ayer sus festejos en honor de la Virgen del Carmen y abrían el programa con la plantación de una descomunal hoguera de 3.000 kilos de peso, 34 metros de larga y 1,35 metros de circunferencia en la base. En menos de 90 minutos el eucalipto estaba en posición vertical y los celorianos reponían fuerzas participando en una parrillada formada por 200 kilos de costillas y 100 de chorizos criollos. Para que todo fuera posible, un centenar de lugareños se habían desplazado a las nueve de la mañana al bosque de Santa Oladía, donde talaban el gigantesco árbol.
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Efectivamente, el movimiento en el pueblo comenzaba de madrugada y de las casas fueron saliendo vecinos con la misión de ir a cortar la hoguera. Todos llevaban algo en la mano: tortillas, embutidos, empanadas y mil sugerencias culinarias dentro de un trozo de pan. La comisión de festejos aportaba sidra y agua mineral, así como una pareja de gaiteros: los hermanos José y Ángel Rey, llegados desde Vibaño. En el bosque de Santa Oladía, cerca del monte de Los Pinos, donde parten las parroquias de Celorio y Barro, tumbaron el eucalipto que más se ajustaba a sus necesidades y regresaron para Celorio, donde José Robledo, propietario del restaurante El Arco, les agasajaba con una espicha en la que no faltó de nada.
Por la tarde, daban vida al rito de la plantación de la hoguera en la plaza de la Iglesia. El lugar estaba perfectamente vallado y cerca de mil personas, entre vecinos, turistas, curiosos y visitantes, no querían perderse detalle. Entre la multitud se encontraban la ovetense Montse Sánchez y el sevillano Fran Morete, quienes asistían a su bautismo como espectadores en la plantación de una hoguera y, al final, confesaron haber disfrutado y abandonaban de Celorio «bien informados y con ganas de volver».
Los preparativos previos a la plantación fueron meticulosos. El experto José Carlos Lledías preparó cuatro tiros y cinco cuerdas y Ramón Pérez Pría 'el Carialu' y Fermín Sotres se metieron en el profundo agujero para recibir el árbol y retacar su llegada con tierra y un montón de piedras. Con la ayuda de cinco 'jorquetos' de diferente tamaño, las cuerdas de las que tiraban decenas de voluntarios y el hombro de más de medio centenar de esforzados plantadores, la cima del eucalipto miraba al cielo en 90 minutos.
Había prisa por ver el partido entre Alemania y Argentina, pero los auténticos romeros se quedaron en la plaza para dar buena cuenta de costillas y criollos, que con esmero habían preparado Ángel Lazcano y María Cobo, llegados desde la localidad cántabra de Hazas de Cesto. Y avisaron de que el próximo domingo, 20 de julio, regresarán a Celorio para asar un 'Ternero al hierro', una res de 240 kilos que empezarán a cocinar «a las siete de la mañana para finalizar a las ocho de la tarde».
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