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Miguel Ruenes.
«No renuncio a lo que me deben pero no quiero perjudicar al Ribadedeva», dice Ruenes

«No renuncio a lo que me deben pero no quiero perjudicar al Ribadedeva», dice Ruenes

El ex entrenador mantiene que nunca denunció al club y que fue el colegio oficial quien actuó de oficio

Guillermo Fernández Buergo

Viernes, 23 de mayo 2014, 17:04

En el transcurso de una asamblea ordinaria, la Asociación Deportiva Ribadedeva informó a sus socios el pasado martes que el anterior entrenador, Miguel Ruenes, cesado a finales de marzo, había «denunciado al club y quiere cobrar el sueldo correspondiente a los meses de abril, mayo y junio», a la luz de un contrato firmado a principios de temporada. Ruenes reclamaba «350 euros por mes» y la Federación Asturiana de Fútbol sancionó al Ribadedeva con otros «975 euros» por presentarse sin entrenador a los dos últimos partidos.

En el día de ayer, Miguel Ruenes quiso matizar y rebatir estas afirmaciones, dejando muy claro que su intención siempre había sido la de «no perjudicar al club». Según Ruenes «el día 25 de marzo, a las 16 horas, cuando me disponía a salir de casa para entrenar, me comunican el cese. Le pido a la directiva acudir al campo para despedirme de los jugadores y arreglar los flecos pendientes y me dicen que no resulta conveniente porque van a presentar al nuevo entrenador». Asegura Ruenes que «no puse problemas», pero el presidente, Luis Ibáñez, se «comprometió a llamarme más tarde, algo que no sucedió a lo largo de las tres semanas siguientes».

No obstante, el 26 de marzo, al día siguiente de su cese, Ruenes ya había comunicado la situación que estaba viviendo «al Colegio de Entrenadores, como es mi obligación». Y fue esa entidad, de oficio, la que, transcurrido «un tiempo prudencial», precipitó la situación. Y ahora, si el Ribadedeva no quiere tener mayores sorpresas, debe abonar el salario a Ruenes y la multa federativa.

El entrenador cesado explicó ayer que su contrato contemplaba un salario de 650 euros al mes: 300 para los desplazamientos y 350 por el trabajo como entrenador. Y aunque ahora se conforme con cobrar tres mensualidades de 350 euros, cada una, argumenta que si forzara la situación podría reclamar «los 650». Algo que «no voy a hacer porque mi intención siempre fue la de llegar a un arreglo. No renuncio a lo que me deben y no quiero perjudicar al club», puntualizó. Y eso, a pesar de que el club «mandó documentación con la que trataba de justificar que me había ausentado voluntariamente de los entrenamientos y partidos, lo cual no es cierto».

También explicó que, por sugerencia del Colegio de Entrenadores, había enviado un documento al Ribadedeva reconociendo la situación pero «no lo quisieron firmar». Y en caso de haberlo hecho «se habrían ahorrado la multa de la Federación». Por esa línea, Ruenes entiende que la directiva ribadedense «intentó liar las cosas más de la cuenta».

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