El oriente afronta los graves destrozos de las crecidas mientras las lluvias anegan el Bajo Nalón

El Principado desactivó el plan de inundaciones bien temprano, a las 8.31 de la mañana. No así lo que toca ahora, el día después. «Estamos con el plan de choque, acometiendo las primeras tareas de limpieza», explicaba el alcalde, Emilio García Longo, solo una hora más tarde. Lo que más prisa corre, cuando concluya el trabajo de bombeo de los bomberos, es reabrir instalaciones. Y recibir las ayudas para reparar lo que al agua destrozó.

En el interior del oriente, los daños alcanzan tal magnitud que ayuntamientos como Cangas de Onís y Ponga lanzaban ayer una petición de auxilio. «Vamos a necesitar ayuda porque el desastre es masivo», apuntó la alcaldesa pongueta, Marta Alonso. En su concejo se suceden los argayos y «un río» atraviesa San Juan de Beleño tras la rotura de una tubería. «Hay caminos desarmados y carreteras al aire. Vamos a necesitar ayuda del Principado y del Estado», señaló el regidor cangués, José Manuel González Castro.

Los vecinos aún están en las consecuencias del temporal en el corto plazo. A futuro, el Consejo de Gobierno aprueba hoy una inversión de 3,2 millones en obras de mejora en los ríos Piloña y Chico que ayuden a evitar inundaciones en Arriondas. El secretario general de Foro, Adrián Pumares, acudió ayer al puesto de mando, y visitó varias localizaciones donde se produjeron desperfectos. «Ya está bien de promesas incumplidas y de anuncios que no van acompañados de recursos: es inaceptable que exista una obra presupuestada para mejorar la contención de las riadas y los cauces en Arriondas y que no se ejecute». Sobre este asunto también se pronunció ayer la diputada de Unidas Podemos en el Congreso, Sofía Castañón. «La situación de desalojo por inundación del Hospital de Arriondas es gravísima, no es la primera vez y no podemos aceptar sin más que se siga repitiendo», dijo, tras registrar una batería de preguntas al Ejecutivo acerca de este asunto.

Los daños en la zona son muchos. En viviendas, en restaurantes y en el sector agrícola. La sociedad agraria de transformación en La Mediana de Ribadesella perdió 30.000 lechugas y 15.000 kilos de manzana de sidra. Una merma en la cosecha a la que tendrá que sumar los daños materiales que experimentaron las infraestructuras de la explotación agraria: «Esta riada fue muy parecida a la de 2010, no subió tanto, pero tiró con mucha fuerza y nos dejó mucha porquería y daños en los sistemas de riego, toldos de los invernaderos, láminas del suelo, etcétera, daños importantes», destacó su director, Roberto Capín.

Pero ayer, la peor parte se la llevó el Bajo Nalón. Esta ha sido una de las zonas más afectadas por esta crecida, con inundaciones que afectaron tanto a domicilios como a diversas plantaciones, principalmente de kiwis, que ocupan las riberas del río. Los vecinos y productores trabajaron desde primera hora de la mañana, e incluso durante la noche, para intentar esquivar los datos.

El río creció en esa zona por el aporte conjunto de las cuencas altas del propio Nalón y del Narcea. En ambas hubo que soltar agua, en los embalses de Soto de la Barca, en el Narcea, y de Rioseco, en el Alto Nalón, para evitar problemas estructurales en las presas. Con todo, la vega del Bajo Nalón sí se inundó, pero sin que el agua cogiese velocidad, que es lo más peligroso en las inundaciones.

El día de hoy parece el que será el de tensa espera entre las lluvias de días atrás y las pésimas previsiones para mañana. Todo apunta a que el agua pasará a ser nieve, y los problemas se trasladarán a las carreteras. Por lo pronto, ayer el temporal de nieve complicó la circulación por algunos puertos de montaña. El puerto de Pajares permaneció cortado a camiones y fue necesario el uso de cadenas. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ya ha emitido un aviso por riesgo de nevadas. La previsión anuncia que la nieve podría bajar hasta cotas de 1.000 metros y alcanzará los 15 centímetros de espesor.

EN ESTA INFORMACIÓN HAN COLABORADO GLORIA POMARADA, JUAN GARCÍA Y CARLA VEGA.