«La oficialidad del asturiano no se puede cambiar por una medida fiscal»

Las diferencias entre ambas fracciones del partido son evidentes y así lo dejó patente Tomé en su entrevista en La Lupa, donde se mostró muy crítica con la forma de actuar por parte del equipo que lidera Sofía Castañón en varios aspectos que, en su opinión, explicarían el hecho de que Podemos haya dejado de generar ilusión. «A la política hay que embarcarse con vocación de servicio y no de permanencia, y a la gente le desilusionó ver que algunas personas tenían más vocación de permanencia que de servicio», apostilló Tomé, quien también recriminó el «acercamiento» de la actual dirección a las políticas de Adrián Barbón. Desaprobó, igualmente, la estrategia de Castañón en la fallida negociación para la reforma del Estatuto de Autonomía, en aras de avanzar hacia la oficialidad del asturiano.

La dirección de Podemos presentó una propuesta fiscal, con bajadas de algunos impuestos, para tratar de acercar posturas con Foro y desbloquear las negociaciones para la citada reforma estatutaria. La estrategia no solo no tuvo éxito sino que provocó duras críticas por parte de PSOE e IU, a las que ayer se sumaba Covadonga Tomé. «Las lenguas son parte del patrimonio, la riqueza y la cultura de Asturias. El poder utilizarlas es un derecho a conquistar, no está a la venta. La oficialidad no se puede intercambiar por cuestiones de fiscalidad, no tiene un precio económico», argumentó. Entiende además que se perdieron «grandes oportunidades» en esta legislatura para caminar en este sentido y confía en que en la próxima «seamos capaces de que avance esa conquista».

Covadonga Tomé se refirió a la negociación presupuestaria que el PSOE mantiene con Ciudadanos, IU, Foro y el Grupo Mixto, y a la que en palabras de Adrián Barbón «Podemos llega tarde», como «un chiste». «Es una pantomima, una escenografía o un teatrillo para llegar a la conclusión que ya sabíamos antes de empezar las negociaciones, que es que Barbón tiene unos aliados en este momento con los que cuenta sin ningún tipo de duda para que le aprueben los presupuestos», lamentó. «Es una tomadura de pelo a los asturianos y las asturianas decir que se está negociando cuando, en realidad, se esta haciendo teatro», añadió. Tomé también reprochó la «famosa geometría variable» que practica Adrián Barbón para «virar a la izquierda, derecha, arriba y abajo en función de sus intereses» y le describió como un «experto de este tipo de juegos de malabarismo y trileros».

La pediatra hizo un análisis pormenorizado de la situación de la sanidad pública asturiana y la calificó como «muy deficiente». Corrigió a la Consejería de Salud cuando vincula las listas de espera a la pandemia, puesto que aseguró que se trata de un problema que existe desde hace mucho tiempo atrás como consecuencia de políticas llevadas a cabo «legislatura tras legislatura». Y denunció la «degradación» de la Atención Primaria porque la falta de profesionales, dijo, impide que estos puedan dedicar el tiempo necesario a sus pacientes para llevar a cabo políticas de prevención de la salud. Como consecuencia de todo ello, aseguró que «hay motivos suficientes para que se reproduzca el conflicto en materia de sanidad» que existe en Madrid, con manifestaciones multitudinarias exigiendo una apuesta decidida la sanidad pública. «Hay caldo de cultivo suficiente, pero que los sindicatos y los profesionales lo pongan en marcha es algo que está por ver», matizó. «Hacen falta más médicos, pero también enfermeras y profesionales de la salud en general: psicólogos, psicoterapéuticos, trabajadores sociales... El cuidado de la salud no es solo más médicos», reconoció.

La candidata de la formación morada entró de lleno en el debate abierto en relación al salario social y a la advertencia del Gobierno regional de retirar la renta a quienes, teniendo capacidad para trabajar, rechazan un empleo. «¿De verdad merece que le sancionen quien dice que no a un empleo con el que no cubre los gastos que le supone ir a trabajar y dejar atendidas sus responsabilidades familiares?», cuestionó Tomé, quien hizo un llamamiento a no «estigmatizar a las personas que reciben este tipo de ayuda» porque «estarían más a gusto trabajando, pero con un salario digno y jornadas asumibles».