«Vivimos como en el siglo pasado, en unas condiciones propias de otra época»

«A veces creo que me saldría más barato alquilar un piso en otro lado con todo el dinero que pierdo en este», dice Ana Lados, una de las residentes en el edificio. Entre ese «derroche» señala con especial desazón el pago durante el periodo 2005-2011 de la conservación de unas placas solares instaladas en la azotea y que «nunca llegaron a funcionar».

En alguna ocasión, esa dejadez que denuncia ha llegado a costarle un buen susto a su familia. «Mi marido se cayó por la rampa porque no tenía puesto el antideslizante. El perito dijo que debería estar cubierta y no lo está», añade. Además, es especialmente crítica con la gestora escogida por Vipasa porque «nunca nos cogen el teléfono». «El año pasado por este puente estuvimos sin señal de televisión y fue mi hija la que lo solucionó», relata, pero la enumeración de desperfectos no termina ahí. Menciona también el mal estado de la fachada, las baldosas que se caen del zócalo, o la limpieza que, a pesar de pagar todos los meses la comunidad, tienen que hacer las propias vecinas. «Vivimos como en el siglo pasado, en unas condiciones propias de otra época».

«Nos tenemos que apañar como podemos», suspira una de las habitantes más longevas, María Angélica García, quien aprovecha para pedir la unidad de todos los inquilinos. «Tengo humedades por todas partes y lo saben, porque han venido alguna vez y lo han visto», explica mientras enseña los rincones más afectados de su piso.

Estas quejas no son en exclusiva de este edificio, si no que se extienden al resto de bloques del barrio vegadense dependientes de Vipasa. El martes, los diputados de Podemos Nuria Rodríguez y Rafael Palacios visitaron el último construido, hace poco más de tres años, en el que los residentes denuncian continuos problemas con la caldera de pellets y la falta de respuesta del ente público. Ambos se comprometieron a exponer la situación en la Junta General del Principado.

Entre tanto, en Tineo se entregaron ayer las llaves de tres viviendas públicas en régimen de alquiler en la villa, en las calles Cooperativa y José María Velasco. Tres fueron los beneficiarios que dispondrán de una vivienda con un alquiler adaptado a sus rentas por un periodo de un año, con la posibilidad de prorrogarlo hasta siete. El municipio dispone de otras dos viviendas pendientes de adjudicar. «Contenta» se mostraba Guillermina Castillo que llevaba un año esperando el momento. «Tengo dos nenos y espero poder pagarla».