«No somos vecinos de segunda»

La sensación que tienen en el noroccidente es que las medidas tomadas por parte del Sespa son «escasas o inefectivas», pues «lejos de mejorar, la situación ha empeorado», aseguran. Una falta de especialistas que, desde hace años, vienen denunciando y que ha derivado en consultas aplazadas o canceladas, «enormes» listas de espera y precariedad.

Los populares reconocieron ayer el papel de la plataforma Salvemos Nuestro Hospital, que desde hace tres años se ha convertido en voz activa del hospital, y Todos somos Jarrio, de reciente creación y que ha organizado una marcha de vehículos para el domingo. «Son voces que quieren aportar soluciones a una situación muy complicada y que preocupa enormemente a la comarca», apostilló la alcaldesa de Coaña.

La carencia de profesionales en el Hospital de Jarrio afecta a Cardiología, Geriatría, Urología, Otorrinolaringología, Nefrología, Oftalmología y Medicina Interna, estando «desiertos» algunos de los servicios. «Estamos hablando de servicios esenciales. Jarrio no ha sido tomado en serio, esto se traduce en sangrantes recortes», apuntó Teresa Mallada. El PP plantea una serie de medidas a corto, medio y largo plazo para poner fin al «caos». Entre sus propuestas para terminar con los problemas estructurales en ese plan de choque figura la incentivación económica, méritos profesionales, flexibilidad horaria para los profesionales que residan fuera de la comarca y establecer periodos de rotación para la formación de facultativos. «Estas medidas podrían ponerse en marcha en cuestión de meses», subrayó la diputada regional, Beatriz Polledo, para quien el hospital comarcal «no puede esperar más».

Las actuaciones a medio plazo pasan por tener un personal estable y disponer de una tasa de temporalidad mínima. «El sistema de revisión de plantillas deberían de ser bienal como mucho y no cada cuatro o cinco años», opina. Considera además que las Ofertas de Empleo Público deben resolverse de forma «ágil» y sugiere un traslado de facultativos cada dos años. «Para una especialidad es un mínimo que tranquilizaría mucho», sostiene.