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ROSANA SUÁREZ
IBIAS.
Martes, 13 de abril 2021, 02:54
La Consejería de Industria ha abierto un proceso de participación pública, que estará gestionado por la empresa Tragsa, para que los vecinos y representantes del Ayuntamiento de Ibias puedan presentar desde hoy y hasta dentro de diez días hábiles sus propuestas ... de actuación sobre el proyecto de rehabilitación de la antigua mina a cielo abierto de Tormaleo, sin actividad desde hace más de una década.
«Queremos recoger y escuchar sus proyectos e ideas, y hacerlos compatibles con la modificación del plan de rehabilitación y con la futura tarea de reacondicionamiento de la zona que llevaremos a cabo junto con el Instituto de Transición Justa», declaró ayer la directora general de Energía, Minería y Reactivación, Belarmina Díaz, durante su visita a la antigua mina junto a la alcaldesa de Ibias, Gemma Álvarez; representantes de las juntas vecinales de Tormaleo, Taladriz, Fondo de Villa y Villaoril, y el concejal del PSOE, Marcos Rodríguez Méndez.
La Consejería de Industria está «recogiendo el sentir» de los vecinos para continuar con la recuperación y reacondicionamiento de un total de 197 hectáreas. En 2019 ya se había realizado una incautación de avales por importe de 338.000 euros para acometer una primera actuación en la zona de la antigua explotación minera por motivos de seguridad. Ahora, en una fase «más avanzada», el Gobierno regional quiere realizar la restauración completa en colaboración con el Ministerio para la Transición Ecológica.
Para ello destinará 5,3 millones de euros procedentes de la incautación de avales finalistas depositados en el procedimiento concursal de la antigua mina.
Las intervenciones se realizarán en tres ámbitos de forma prioritaria, según el real decreto por el que se regula la concesión de las ayudas a las comunidades autónomas para la restauración ambiental de las minas.
En primer lugar, la descontaminación de los terrenos para poder desarrollar nuevas actividades sin poner en riesgo la salud de las personas y el equilibrio de los ecosistemas, seguido del impacto de las explotaciones mineras a cielo abierto como cicatrices en el paisaje y, por último, la descontaminación de cauces fluviales y masas de agua y la recuperación de los recursos naturales de las zonas degradadas tras el cierre de las explotaciones mineras.
Los vecinos, cansados de ver escombro «por todas partes», celebran que por fin su opinión vaya a ser tenida en cuenta, puesto que son los propietarios de los terrenos del antiguo yacimiento.
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