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Susto en la parroquia de Trevías (Valdés). A las once de la noche un ruido extrañó a los vecinos del río Esva pero el resultado no se divisó hasta la mañana: el curso fluvial había ido desgastando un muro de contención en la finca conocida como La Feria, provocando el desplome de un garaje con sus dos coches. Balbino Gutiérrez, el propietario del inmueble, se lo tomó con filosofía: «Es un fastidio pero al menos no le pasó nada a nadie».
El incidente se esperaba, aunque no de esa magnitud. Hacía tiempo que el propietario divisaba que una de las paredes del garaje cedía «así que hice por detrás otra que sujetara las cerchas del tejado». Creía que eso bastaría, que llegado el caso «la que se estaba moviendo caería pero no todo». La estructura sin embargo no ha demostrado la resistencia que se le esperaba.
Las causas del desplome tienen lejanos antecedentes. «Hace 33 o 34 años se hizo una escollera para proteger el paseo que hay junto al río, pero por esas cosas de los ayuntamientos que no hay dios que las entienda, lo dieron por terminado a unos metros de la finca», comenta el propietario. El Esva ha seguido todo este tiempo haciendo su trabajo, lamiendo el lateral y provocando hace unos años un primer argayo en la propia escollera. Ahora las crecidas de las últimas semanas habían dejado al garaje en situación de debilidad y su desplome final está hoy causando la sorpresa de propios y extraños que pasean por la zona.
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