ÁNGELA RODRÍGUEZ
Domingo, 17 de septiembre 2023, 01:12
En Somiedo, al otoño se le da la bienvenida con cantares tradicionales, a caballo y cambiando el ganado de puerto. Se le recibe entre los teitos que quedan en pie, con buen humor y compartiendo un cordero que se hace durante horas al calor de ... las brasas. Unos olores que anticipan la temporada de frío, que ayer aún respetó a las decenas de personas que disfrutaron de la romería de la Trashumancia en el Lago de Cueva.
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«La ganadería extensiva es muy importante en Somiedo. Hoy celebramos también la tradición de la trashumancia. En Somiedo desde la Edad Media venían merinas de la trashumancia, pero ya los que quedan la hacen exclusivamente con vacas. Este es un reconomiento a los ganaderos y a lo importante que es su labor en la ganadería extensiva para, entre otras cosas, la propia cultura de los pueblos», explicaba el alcalde somedano, Belarmino Fernández.
La especial romería, que organiza el Ayuntamiento, contó esta vez con tres pastores mayores homenajeados, y el presidente de Central Lechera Asturiana y Capsa Food, Alberto Álvarez, como pregonero. «Hoy estamos en este encalve de gran belleza, el primer Parque Natural de As turias y también una de las Reservas de la Biosfera más importantes de España. Todo esto no es casualidad, sino fruto del duro trabajo que realizamos los agricultores y ganaderos día a día para modelar, cuidar y mantener este patrimonio natural, a lo largo del tiempo», apuntó el tinetense.
El reputado pregonero destacó asimismo que Central Lechera mantiene una vinculación especial con Somiedo. Y reivindicó el papel de la trashumancia en la historia asturiana. «Fue fundamental en el desarrollo económico y social del campo. En Somiedo, especialmente, han convivido la ganadería extensiva con la fauna silvestre, lo que dio lugar a este ecosistema, que es un claro ejemplo de gestión responsable y que se anticipa muchos años a las directivas establecidas en la agenda 2030», aseveró.
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En el incomparable marco de los Lagos de Saliencia, con una carpa instalada para la ocasión, los somedanos celebraron durante la jornada sus mas arraigadas tradiciones. Entre visitantes y senderistas, que asistían atentos al espectáculo de los cantares, el carro de arrastre de bueyes y la pericia de los jinetes. Allí recibieron también el homenaje de sus vecinos los nonagenarios Enrique García, Paulino Álvarez y José Alonso, vecinos de Saliencia.
«Enrique y Paulino siempre vivieron aquí, Pepe se marchó en la década de los sesenta a Gijón. Pero sigue viniendo mucho. Este año tenían que ser ellos tres. Pasan el verano juntos, sentados en el banco del parque donde coinciden con los nenos jugando. Es emocionante esa relación entre las generaciones», apuntó Paloma Nieto, vecina de Saliencia que dedicó unas emotivas palabras a los ya pastores mayores.
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«Enrique estuvo trabajando en la mina de hierro y a veces también ponía un bar. Se crió con su madre, natural de Endriga, y cuenta que con treinta pesetas se compró un acordeón al que le faltaban la mitad de las teclas. Su hijo y su nieto siguen hoy en día con la ganadería. Y Paulino, por ejemplo, fue guarda forestal durante dieciocho años», añadió.
Durante el acto, también se nombró al Zagal. Carlos Álvarez, de seis años, fue en esta ocasión símbolo del testigo y el futuro. Residente en Oviedo y de familia somedana y tinetense.
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