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Aunque no tengan el aspecto de un cofre lleno de oro, las piezas de un barco halladas en 2007 en la ensenada de Arnao, en ... Castropol, son todo un tesoro del que, una pequeña parte, ya se encuentra protegida en el Museo Arqueológico de Asturias.
Un rollo de plomo, una roldana y un bolaño fueron entregados ayer al museo ante los ojos del director general de Patrimonio, Pablo León; el comandante Naval de Asturias, Luis Vicente Márquez; el comandante de la Unidad de Buceo de la Armada, Alejandro Museros; el concejal de Servicios Sociales de Castropol, Julio Martínez; la directora del Museo Arqueológico; María Antonia Pedregal y el arqueólogo, Antón López.
El pecio, encontrado hace 17 años por los pescadores Patxi Martínez y Adrián Pérez en la ría del Eo, perteneció a un buque fletado aproximadamente en el año 1511, lo que hace del yacimiento «el primero de estas características en Asturias», según definió el director general Pablo León. El año pasado un estudio permitió la documentación de «más de una docena de cañones» en la zona y este mismo año la Consejería de Cultura autorizó la recuperación de las piezas, de las que se extrajo un proyectil de piedra de unos 15 centímetros, un rollo de lámina de plomo y una roldana. «Son hallazgos singulares que respaldan el interés arqueológico de la ensenada. Es el primer yacimiento arqueológico subacuático que se incluyó en el inventario de Patrimonio Cultural en 2020», explicó León, quien mostró sus esperanzas porque «se siga aumentando la documentación».
El estudio de las piezas, desde su descubrimiento hasta su traslado al museo para evitar posibles expolios, se ha hecho con la colaboración de Patrimonio del Principado con las Fuerzas Armadas, dentro de su 'Plan de protección del patrimonio arqueológico subacuático', cuyas competencias son «la protección y vigilancia» y en casos como este, con un pecio de Estado, «el rastreo, investigación, localización y extracción».
El arqueólogo Antón López destacó que «no hay colección pequeña» y puso en valor el hallazgo, especialmente del rollo de plomo, que «no suele ser fácil de encontrar» y que fue el indicador del pecio. «Es un material vital para la vida del barco», resaltó.
Las piezas pasarán durante cuatro meses por un proceso de desalación y la roldana, al ser de bronce, pasará por un tratamiento químico para eliminar todas las sales. Una vez realizado, se limpiarán y pasarán a formar parte definitiva de la exposición.
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