Un nuevo desprendimiento amenaza el campo de La Regalina

El pasado año, también en el mes de diciembre, ocurrió un suceso similar. Fue entonces cuando parte del acantilado oriental cayó a la playa.

El geólogo de la Universidad de Oviedo Carlos López había realizado en la pasada primavera un informe en el que concluía que no se observaba ningún fenómeno de inestabilidad general «ni con la suficiente entidad como para comprometer la estabilidad de la actual plataforma de baile a muy corto plazo«. No obstante, para aportar una mayor estabilidad, proponía la construcción de una zanja de drenaje que desviase hacia otra zona las aguas que circulen tanto en superficie como en la parte más superficial del terreno. Además, debido a la erosión del mar, aconsejaba que las vallas del perímetro del campo se metiesen hacia dentro. Tras producirse el desprendimiento a los pocos meses las cosas cambiaron. »Pinta mal. Si sigue evolucionando no creo que se pueda utilizar la plataforma de baile, que se encuentra demasiado próxima«, advirtió López, quien destacó que la capilla aún cuenta con un margen »muy amplio« como para temer que el templo pueda correr la misma suerte.

El desprendimiento, visible dese la playa, tendría su origen en la concurrencia de dos factores. Por un lado, se encuentra el factor condicionante, que se traduciría en una degradación de la roca de esta parte del acantilado, especialmente vertical. «La roca está muy alterada, muy arenizada en este sector, por eso se inestabiliza tanto», apuntaba el experto. A ello se sumaría el factor desencadenante que serían las lluvias durante muchos días seguidos.