Tapia ultima los trabajos para recuperar la piscina de agua salada

La instalación permanece cerrada desde mayo de 2019, cuando se registró un desprendimiento en el talud lateral que «comprometía la seguridad de los usuarios». Un problema que siguió sin solución un año después, al no haber todavía un acuerdo entre el Ayuntamiento y el Ministerio para la Transición Ecológica sobre quién debía asumir la reparación. El Ayuntamiento tapiego intentó que la Demarcación de Costas asumiera estos trabajos, pues consideraba que dicha actuación era «muy difícil de abordar» y no era competencia de la entidad local. Sin embargo, el Ministerio para la Transición Ecológica indicó que la estabilización del talud lateral del acantilado no era de su competencia, basándose en un informe de la Abogacía General del Estado que afirmaba que «son los ayuntamientos los que tienen el deber de actuar en los acantilados de playas y zonas de baño».

Ahora los esfuerzos se centran en acondicionar la zona conocida como solárium, donde los usuarios pueden tomar tras pegarse un chapuzón. «El primer paso ha sido limpieza con agua a presión y arena fina de toda la superficie para después aplicar un tratamiento antimoho para maderas de exteriores. Estos días y de forma previa al tratamiento de las maderas del acceso y zona de solárium se están realizando labores de saneamiento, reparación y sustitución de las maderas dañadas. Finalmente se aplicará imprimación con un producto biocida y fungicida especial para maderas exteriores», detalla la regidora de Tapia. Con todo el Ayuntamiento ha tenido que «hacer un esfuerzo importante» para recuperar este recurso turístico. «La subvención de los fondos de pesca ha sido una gran ayuda para poder reabrir, pero aún así la cuantía que asumimos con recursos propios ha sido muy elevada para un ayuntamiento con una mínima capacidad de inversión», apostilla Ana Vigón.