C. Bernal
Somiedo
Miércoles, 24 de mayo 2023, 15:22
El parque natural de Somiedo ha mantenido desde su inauguración en 1988 una política de conservación de su fauna y flora, centrada sobre todo en el oso pardo, a la vez que ha impulsado un turismo sostenible y ecológico. Los resultados hasta la fecha son ... positivos, el número de plantígrados va en aumento al igual que el de visitantes que acuden con la esperanza de avistarlos.
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¿Pero hasta cuando será sostenible la convivencia entre turistas, osos y vecinos? Se preguntan Sofía Berdasco y Roberto Galán, dueños de dos de las empresas locales de turismo activo, Somiedo Experience y Natura Somiedo.
«Trabajamos junto a la Fundación Oso Pardo para que el turismo osero de Somiedo no cause molestias ni a los vecinos ni a los osos», señala Berdasco, que considera que el» poco apoyo» por parte de las administraciones públicas dificulta esta labor, y advierte de que la buena prensa de la que goza hoy el plantígrado entre los somedanos puede echarse a perder «si no se empieza a regular la actividad estrella entre los visitantes: el avistamiento de osos».
«La gente empieza a estar harta de ver coches mal aparcados delante de los accesos a sus fincas o personas corriendo por el prau intentando fotografiar un oso lo más cerca posible y lo peor es que los vecinos relacionan estas conductas con el oso y dejarán de verlos como algo positivo», plantea Berdasco. También cree que puede peligrar de nuevo el oso debido a estas conductas. «Si te acercas demasiado a una osera cuando la osa esta intentando sacar adelante a sus oseznos, la obligas a desplazarse, haciendo que peligre la vida de sus crías», sostiene.
Galán es de Toledo, pero hace una década se enamoró de Somiedo. Al terminar sus estudios en Ciencias Ambientales se mudó a esta zona alentado con hacer del turismo activo su modo de vida. «Recuerdo aquellos primeros guías que te explicaban que en la época de mayor peligro de extinción del oso, el ver una huella era motivo de celebración», explica Galán, que echa en falta mayor conciencia entre los visitantes actuales del parque natural.
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«El perfil ha cambiado y ahora muchos no quieren esperar ni dos horas para ver al oso, otros deambulan con el coche por las zonas de avistamiento donde nos colocamos las empresas, paran en medio de la carretera, y nos preguntan si hemos avistado un ejemplar.
Algunos colocan también sus trípodes en medio, pudiendo ocasionar un accidente de tráfico», advierte Galán, que ve peligrar 35 años de trabajo de conservación del parque así como su modo de vida y la de sus vecinos somedanos. «¿Hasta qué punto esta situación puede afectar o esta afectando ya al oso y a los vecinos? ¿De qué manera se tiene que actuar para que no se intensifique esta situación?», se pregunta Galán.
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