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134 nativos de todas las edades de Silvamayor, en Valdés, se reunieron en el primer encuentro vecinal. D. S. FUENTE
Silvamayor, más unido que nunca

Silvamayor, más unido que nunca

134 personas participan en el primer encuentro vecinal del pueblo vadesano | La braña vaqueira se multiplicó por cuatro, ya que actualmente solo cuenta con 27 habitantes, fiel reflejo de la despoblación rural

DAVID SUÁREZ FUENTE

SILVAMAYOR (VALDÉS).

Lunes, 25 de marzo 2019, 02:27

Lo que comenzó como un plan para organizar un encuentro de antiguos alumnos que estudiaron en las escuelas del pueblo acabó por convertirse en una viaje al pasado, presente y futuro de Silvamayor (Valdés). Hace unos meses Serafín Suárez y Manuel Cano se pusieron manos a la obra para llevar a cabo esa reunión de exalumnos, pero debido a la gran demanda vecinal, decidieron hacer un encuentro abierto a todos. De tal modo, en la jornada de ayer se dieron cita 134 personas que en su día vivieron en la mayor braña vaqueira de Asturias, y en la que actualmente tan solo cuenta con 27 habitantes. El pueblo se multiplicó por cuatro. Los asistentes disfrutaron de una animada comida en el restaurante Lupa de Cudillero.

«Llegamos a ser más de noventa casas habitadas», recordaba Ángel Cano, uno de los vecinos que marchó del pueblo de joven y que ahora pone el acento en la despoblación del medio rural.

Un encuentro que reunió a personas de todas las edades. La más joven, Mencía Suárez, de tan solo nueve meses, que acudió al pueblo de su abuelo, donde «no se organizan las fiestas desde hace 24 años», recordaba, su padre Manuel Suárez, alegando que esta comida servirá para confraternizar.

José Luis García, el vecino de Silvamayor de mayor edad que acudió a la comida, reconoció con orgullo que «soy vaqueiro de pura raza». Rememoró la discriminación que sufrieron en su momento, «antes había más confrontación con los xaldos, ahora no hay diferencias».

David Cano, de 28 años, uno de los más jóvenes, se sorprendió de la gran aceptación que tuvo la cita en la que «no conozco ni a la mitad de los asistentes». Y es que, a pesar de haber sido vecinos, la gran mayoría se fue del pueblo mucho antes de que él naciera.

Los recuerdos de la escuela fueron uno de los principales temas de conversación entre los alumnos y la profesora María Teresa Méndez, que dio clase en la escuela mixta en el curso 1963-64. «Tenía 18 alumnos y subía caminando todos los días desde San Pelayo», comentaba al tiempo que lamentaba que el edificio se haya derruido.

La falta de población es el principal problema de este núcleo rural que «va a quedar para el jabalí», indicaba Emilio Riesgo. Por otro lado, Pilar García, que dejó su pueblo natal a los 20 años, pudo reecontrarse con sus amigas de la infancia, Laura y María Luisa Cano. Fue una jornada de lo más emotiva, en la que se escaparon algunas lágrimas. «Esto son mis raíces, donde me críe», decía Loly Cano. Tras la comida todos los asistentes recibieron un regalo sorpresa, un imán con la imagen de la escuela de su pueblo.

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