Un tramo del río Rodical, afluente del río Narcea, acoge un nuevo experimento de repoblación. En este caso, se han introducido 360 truchas de dos años con un fin: que completen su ciclo y logren desovar en su hábitat natural. «Se ... trata de otra línea de repoblación más allá de la suelta de alevines y las repoblaciones con huevas embrionarias», ha apuntado Santiago Traviesa, guarda mayor de especies silvestres, que ha señalado el interés del Principado por diversificar las repoblaciones con nuevos métodos.
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Las truchas, con dos años de vida, se soltaron en el río Rodical hace seis meses. Este lunes ha sido el turno de evaluar cómo evolucionan los reproductores, desde su talla hasta su presencia a lo largo del río. «Están totalmente adaptadas al río. Cada trucha busca su territorio», ha subrayado Traviesa, satisfecho con los resultados. Se han localizado ejemplares que oscilan entre los 15 y los 21 centímetros. Cuando cumplan tres años, ya habrán cumplido su ciclo y tendrán un desove natural en el río. Ello permitirá ganar dos años.
«En este tramo tendremos un bagaje reproductor muy importante. Se aumentará el número de individuos de una forma más rápida», ha enfatizado Traviesa.
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