La directora general de Ganadería, Rocío Huerta, junto a técnicos del ministerio y el ganadero José García. Á. R.

«El purín seguirá siendo un recurso clave. Estas plantas solo gestionarán los excedentes»

Principado y ministerio estudian las ganaderías «familiares» asturianas para reducir su impacto ambiental ante las normativas europeas

ÁNGELA RODRÍGUEZ

EL FRANCO.

Jueves, 3 de marzo 2022, 01:19

La realidad es que España sobrepasó hace un par de años el techo de emisiones de amoniaco, concretamente en 2020, cuando debería haberlas reducido un 3%. Y ahora, ante el inminente endurecimiento de las normativas europeas en materia de liberación de gases invernadero, el Principado quiere tomar medidas preventivas, empezando por uno de los sectores más señalados: la ganadería.

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«El purín va a seguirá siendo un recurso fundamental en las ganaderías. El tratamiento de estos residuos en plantas de biogás solo es una opción más para gestionar los excedentes y atajar los problemas que surgen cuando no pueden aplicarse sobre el terreno», apuntó Rocío Huerta, directora general de Ganadería y Sanidad Animal, en su visita a la explotación de José Javier García Acevedo, en Mendois.

En el marco de las visitas técnicas organizadas por Cooperativas agrarias -Central Lechera Asturiana-, más de una docena de técnicos del Ministerio para la Transición Ecológica y de Agricultura pisaron el Occidente «para conocer el tipo de ganadería familiar y sostenible» que predomina en la región. «Estas ganaderías pequeñas puede adaptarse mejor a estas nuevas políticas. Asturias está preparada para que sus ganaderías sean medioambientalmente sostenibles», aseguró Raquel López, directora de Transformación.

Ante un problema global «que implica a toda la sociedad», las plantas de biogás de gestión colectiva se presentan como una importante alternativa. «Es una medida para favorecer la viabilidad de las explotaciones. Además del biogás por el que se interesan las empresas, de las plantas salen biofertilizantes, que tienen que revertir en los socios a un precio competitivo», señaló Huerta.

«Las plantas no solo funcionan con purines, sino que se pueden aprovechar otros residuos procedentes de cultivos o lodos de otras industrias agroalimentarias. La intención del Principado es crear sinergias, por ejemplo en el caso de Oriente y las queserías», añadió Huerta. Gozón y Carreño son, junto a Tineo y la franja costera occidental las zonas de mayores explotaciones ganaderas de leche de la región.

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Con más de 240 adscritos a la planta naviega, los refuerzos se centran en la fase de transporte. «Los estudios dicen que lo ideal es que los puntos de recogida se sitúen a unos 15 kilómetros de las plantas. Debemos pensar por lo tanto como apoyar ese transporte de manera que sea más económico y rentable para los destinatarios», señaló Huerta.

Alegaciones a la planta de purines naviega por «emisiones difusas»

La Coordinadora Ecoloxista d'Asturies lleva años reclamando una solución «para las emisiones difusas» a la atmósfera y el mar en la planta de tratamiento de purines que Biogastur tiene en Navia. «Fue diseñada para resolver el problema de los purines ganaderos, concretamente 386.900 toneladas al año y 25.500 de residuos vegetales y no para articularse como una planta de tratamiento de residuos de la industria alimentaria que suponen otras 334.000 toneladas de residuos diversos», claman desde el colectivo. Ahora, aprovechando la revisión de la autorización ambiental integrada de la planta, los ecologistas piden que «se exijan los cambios necesarios para solucionar estos problemas, como una condición para la renovación del permiso».

«La Política Agraria Común (PAC) tiene cada vez más peso. Y es que las ayudas no se dan por casualidad, se reparten porque aquí se producen alimentos. Desde la Administración tenemos que anticiparnos y buscar esas sinergias», aseveró Huerta.

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A falta de un estudio completo sobre las explotaciones con excedente de purines en la región, el ministerio lanza la herramienta digital 'Ecogan', un recurso con el que las comunidades que se adscriban -como Asturias- podrán estimar el remanente de amoniaco y nitrógeno en los purines, siempre con el fin de reducir las emisiones y aplicar el fertilizante de forma más eficaz. De momento solo disponible para el ganado porcino, los técnicos anuncian que será adaptable también al vacuno y las aves, con datos que los ganaderos poseen. «Basta con la etiqueta del pienso y que conozcan sus animales».

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