El Principado mejorará los tramos más dañados del corredor del Navia en 2021

El anterior ejecutivo había estimado en 180 millones de euros la inversión de las obras en el vial, que consta de 67 kilómetros y enlaza El Espín (Coaña) con Grandas de Salime. En mayo se anunciaron los primeros trámites para poner en marcha el proyecto con una autorización de gasto de 547.291 euros para contratar la asistencia técnica de los estudios previos al lanzamiento de la concesión.

Cofiño pone a Madrid como ejemplo de «fracaso» de este modelo. «La experiencia desembocó en un rescate a cargo de los ciudadanos. Las administraciones fiscales han tomado nota de esta situación. Asturias está sometida a tres criterios fiscales: déficit cero, techo de gasto y limitación de deuda». Criterios que, explica, de desarrollarse el plan que estaba previsto, no se cumplirían, ya que «si incorporamos esos 180 millones, entrarían en el presupuesto como deuda desde el minuto uno». Por ello, apunta a que «lo más razonable» es ajustarse al plan.

No obstante, dice ser consciente del «mal estado» de una carretera que discurre por cinco concejos «muy despoblados» -Coaña, Boal, Illano, Pesoz y Grandas de Salime- y ha pedido un informe a los técnicos de su área para definir las partes del trazado que se encuentran en mejor estado y aquellas en las que, debido a las malas condiciones que presentan, sería necesario intervenir. Anuncia que la actuación será «ambiciosa en términos de velocidad y económicos» y que las primeras obras comenzarían en 2021. «Haremos un estudio en cuanto el presupuesto sea ejecutable en las próximas semanas y, sobre los puntos en los que se decida actuar, pediremos que ya se redacte el proceso de ejecución para al año siguiente tener obras».

Este cambio de criterio de la administración asturiana no ha sentado nada bien a los alcaldes del valle de Navia ni a los cerca de 300 vecinos, que el jueves se manifestaron frente al Ayuntamiento de Boal para pedir una intervención integral en la AS-12 por la que llevan 30 años esperando. El regidor grandalés, Eustaquio Revilla, llegó a calificar la resolución del Principado del pasado diciembre como una «tomadura de pelo» y la propuesta de Cofiño de «parche». «Estaba prácticamente adjudicado y había una empresa propuesta. No entendemos que en mayo fuera viable y ahora, no», reprochó el primer edil, que fue un paso más y se preguntó «si los anteriores eran muy torpes o los de ahora, muy listos».