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C. BERNAL
CANGAS DEL NARCEA.
Jueves, 22 de septiembre 2022, 01:00
Cerecedo de Besullo, Parada la Vieja, Villategil, Ridera, Vega del Tallo, La Artosa y La Cuitada son pueblos del concejo de Cangas del Narcea, con más de cuatro viviendas, sin pavimento en sus calles. San Romano de Besullo, Porciles y Los Eiros, localidades canguesas más ... pequeñas, tampoco tienen pavimentadas sus calzadas.
«Desde el año 1982 estamos sin hormigón en los caminos del pueblo», asegura José Antonio Pérez, vecino de Cerecedo de Besullo. Este pueblo fue una de las diez localidades que, con el propio dinero de los vecinos y su esfuerzo, en julio repararon la CN-3, carretera local que une Trones con la parroquia de Las Montañas.
La diputada del PP Cristina Vega visitaba ayer la zona, después de abordar esta problemática en la Junta. Los populares apuntaron ayer que la respuesta que se les dio desde el PSOE a su pregunta de cuántos pueblos había en Asturias con las vías sin pavimentar -«dijeron que solo uno en Castrillón»- no se compadece con la realidad. Y pidieron soluciones para los vecinos.
Vega junto, al portavoz del PP de Cangas del Narcea, José Luis Fontaniella, y el también concejal cangués Gabino Guijarro, acudió ayer a Cerecedo y San Romano de Besullo. «El Gobierno socialista, esta incapacitado para decir que defiende el mundo rural cuando ni conoce las problemáticas de su territorio», defendió Vega.
«Ya no es solo lamentable la situación en la que nos mantiene el Gobierno de Asturias con la falta de financiación, sino también ver cómo el propio consejero reconoce que el Ayuntamiento de Cangas no solicita al Principado que se hagan los saneamientos de sus pueblos», señaló Fontaniella.
El Partido Popular pidió para los presupuestos de los últimos dos años la pavimentación de Villategil, Parada la Vieja y Cerecedo. «Propuestas que fueron votadas en contra por PSOE, IU, Ciudadanos y Foro Asturias, este último, en el caso de 2022», señalo Vega.
Este mes de septiembre, los vecinos de Cerecedo, obligados a subir hasta la CN-3 para poder acceder a la ambulancia o atender a las furgonetas que llevaban productos para el pueblo, volvieron a pagar de su bolsillo un nuevo presupuesto para bachear el escaso pavimento que quedaba en su calzada principal. «Aquí había unas cuevas que ya no podían subir ni los tractores», lamentó José Antonio Pérez.
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