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Rosario Erigoyen y Dolores Noceda, cuñadas, perdieron a sus maridos hace 60 años. E. C.
«Pasar por aquello fue terrible, perdí a mi hermano y a mi marido a la vez»

«Pasar por aquello fue terrible, perdí a mi hermano y a mi marido a la vez»

Las tapiegas Rosario Erigoyen y Dolores Noceda recuerdan la tragedia del barco 'Ramona López' cuando se cumplen sesenta años

ROSANA SUÁREZ

TAPIA DE CASARIEGO.

Domingo, 15 de noviembre 2020, 00:09

Hace sesenta años la mar les robó lo que más querían. Ese sufrimiento por la pérdida de sus seres queridos sigue hoy, en cada recuerdo, en cada fotografía que decora sus casas, en sus miradas. Las tapiegas Rosario Erigoyen y su cuñada, Dolores Noceda, son las dos viudas que sobreviven de las cinco que dejó accidente del barco pesquero 'Ramona López'; perdieron a sus maridos un fatídico 9 de noviembre de 1960. En aquel suceso, conocido en Tapia como 'El naufragio del 7' -en referencia al número de barcos que poseía el armador- murieron un total de seis hombres más en alta mar; los cuerpos de tres de ellos jamás aparecieron.

«Pasar por aquello fue terrible, perdí a mi hermano y mi marido a la vez», dice Dolores Noceda. Tenían 28 y 29 años respectivamente, su marido iba por primera vez en la embarcación, no era marinero como sí lo era su hermano. «Al atardecer decidieron regresar a puerto, se encontraban a la altura del islote El Orrio, a la entrada del muelle, cuando se levantó un fuerte temporal y la embarcación se paró. Decidieron entonces coger el bote para tratar de llegar al puerto, pero vino una ola y les dio vuelta al bote», rememora. Su marido y su hermano nunca aparecieron. «Fue terrible, seis personas en un pueblo tan pequeño...». Dolores Noceda tenía 24 años, una hija de dos y otra en camino cuando ocurrió la tragedia.

«Tuvimos que trabajar muy duro para sacar a nuestros hijos adelante», cuenta Rosario Erigoyen, para quien no fue fácil sobrevivir con una pensión de 700 pesetas. Tenía 26 años por aquel entonces; recuerda que acababa de dar a luz cuatro días antes del fatal accidente. «Estaba en casa, en la cama, porque acababa de dar a luz hacía pocos días. Además, tenía otra niña de cuatro años», explica. Con el paso de los años las dos lograron sacar fuerzas de donde no las había para subsistir, a pesar de la poca ayuda que tuvieron, tan solo la de sus padres.

Cada año, celebran en Tapia una misa en memoria de los fallecidos, este año no ha sido diferente a, pesar de la situación sanitaria. Además, el puerto luce una placa en su memoria. «La placa la pagamos las seis familias de los fallecidos. En el Ayuntamiento nunca les hicieron ningún homenaje, solo al cumplir los 50 años nos hicieron un homenaje a nosotras, las viudas. Por eso quisimos poner una placa, para que sean recordados y nunca se les olvide», comenta Erigoyen. El Consejo Local de la Mujer les otorgó en 2010 el V Premio Mujer del Ayuntamiento de Tapia.

Una avería en el motor

Aquel 9 de noviembre de 1960 iba a ser una jornada de pesca como tantas otras. Pero no fue así. Todo comenzó con una avería en el motor que provocó que el barco se parase, quedando a la deriva. La tripulación decidió saltar a un bote auxiliar que llevaban a remolque, solo quedaron a bordo dos tripulantes. El bote con los ocho hombres navegaba mientras que desde tierra salieron a su rescate cuatro embarcaciones. Al llegar al bote, se dieron cuenta de que este se había ido a pique y parte de su tripulación había desaparecido en la mar. Solo fueron localizados con vida dos marineros, que fueron llevados a puerto, al igual que los dos ocupantes que se quedaron a bordo del 'Ramona López', el cual tuvo que ser remolcado.

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