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ANDREA ARRUÑADA
LA CARIDAD (EL FRANCO).
Miércoles, 16 de octubre 2019, 00:10
El auditorio As Quintas de La Caridad acogió ayer los actos del premio Mujer Rural 2019 en una jornada que sirvió para reivindicar el papel de la mujer en el campo y su importancia para combatir la tan temida despoblación. Estos fueron los ejes de las ponencias que tuvieron lugar a lo largo de la mañana y que finalizaron con el tributo que se rindió a María Josefa Vega, la ganadera galardonada en esta edición, natural de Carreño, quien recordó emocionada los pasos que ha dado en su vida y que le han llevado a este reconocimiento por su contribución al desarrollo rural y las mujeres del sector.
«Cuando me casé tenía muy claro que yo quería trabajar, seguir haciendo lo que me apasionaba y con lo que me gano la vida», explicó Vega. Así fue cómo la mayor de tres hermanas de campo, a la que le gustaba jugar al fútbol y que siempre tuvo «la suerte de poder ser una más», se ha convertido en un ejemplo de emprendedora con su ganadería y sus apartamentos turísticos en Carreño.
Reconoce que los principios no fueron fáciles y que gracias a las ayudas del programa europeo Leader pudo desarrollar un proyecto de agroturismo que, por aquel entonces, «era muy novedoso en Asturias». «Estoy muy agradecida a la Red de Desarrollo Rural por el premio y por impulsar a tantas mujeres tan válidas», apuntó, a la par que reclamó más atención y estímulos a las mujeres rurales porque «solo con ellas hay futuro asegurado en estos territorios».
Como presidenta de la Asociación de Mujeres 'Nosotras' de Carreño, animó a crear vínculos entre mujeres, comunidades de «cómplices» que puedan tener oportunidades en los pueblos y un futuro laboral por el que ella «sigue apostando».
Hace seis años, su propio hijo, después de acabar sus estudios, estuvo a punto de emigrar a Barcelona. Una noticia que le «marcó» después de todo lo que ella había luchado por el campo. «Al final le ayudé construir su propio proyecto aquí y ahora está contento. A veces solo hay que escuchar a los jóvenes del medio rural», puntualiza.
A pesar del premio, María Josefa Vega no cree que la suya sea una historia especial, sino la de miles de mujeres que la han precedido, como «su madre o abuela». Y, a todas ellas dedicó un galardón que espera que sirva para recordar «lo mucho que queda por hacer» hasta conseguir la igualdad y poder compaginar su vida personal, familiar y laboral. «Es importante tener un espacio para las mujeres, porque si lo tienes, tienes una palabra y una voz», añadía.
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