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Máquina de inyectado de hormigón accediendo al interior de la mina, en 2015, para estabilizar la zona y facilitar el rescate del último trabajador que falleció en su interior. Lidia Álvarez
Cerredo ya sufrió en 2022 el último accidente mortal de la minería asturiana
Accidente minero

Cerredo ya sufrió en 2022 el último accidente mortal de la minería asturiana

Entonces el siniestro tuvo lugar en el exterior de las galerías. Dentro de ellas el último minero que falleció atrapado por un derrabe fue en 2015

R. M.

Lunes, 31 de marzo 2025, 12:06

La mina de Cerredo (Degaña) ya había sido lugar del último accidente mortal de la minería asturiana. Ocurrió en agosto de 2022; el uruguayo Richard Daniel Sander perdió el control del camión tipo 'lagarto' que conducía en el exterior de las galerías. A bordo del vehículo iba Enrique R. M., que fue evacuado al Hospital de León, herido de gravedad.

El anterior accidente mortal en la explotación tuvo lugar en julio de 2015. Entonces la víctima fue Roberto Calviño, picador de 35 años, natural de Vilaseca de Laciana (León). El hombre trabajaba para la Compañía Minera Astur Leonesa y un derrabe lo sepultó en su camión cuando estaba en el interior del plano inclinado de Cerredo, a unos dos kilómetros y medio de la boca del túnel. Los equipos de rescate tardaron 48 horas en llegar a su cuerpo. Esta vez no se repitió esa larga agonía.

En octubre de ese mismo año otro minero de 23 años, Aitor Fisteus, fue víctima de un accidente de consideración: cayó desde una altura de dos metros y fue golpeado por un costero, mientras trabajaba en la capa denominada Berta I, explotada por Uminsa, a unos dos kilómetros de la entrada principal del túnel.

La magnitud de la tragedia ocurrida remite sin embargo más atrás en el tiempo. El suceso de Cerredo deja el peor saldo en la minería desde octubre el siniestro de 2013 en el Pozo Emilio (León), cuando la explosión de una bolsa de 12.000 metros cúbicos de grisú segó la vida de seis mineros, entre ellos el lenense, José Luis Arias, que estaba próximo a la jubilación. Precisamente acaban de cumplirse dos años desde que el juicio para aclarar si hubo avisos previos de peligro ignorados quedara visto para sentencia.

El magnitud de la tragedia ocurrida ayer es la peor que ocurre en la minería asturiana desde el 31 de agosto de 1995, una fecha grabada en negro en la historia de la comunidad.

Eran las tres y cuarto de la noche y los mineros avanzaban a 400 metros de profundidad, en el Pozo Nicolasa. Es la planta octava y los grisúmetros no fueron capaces de alertas del peligro que se venía. La explosión puso fin a catorce vidas. Diez de aquellos mineros eran de Hunosa, cuatro de la subcontrata SATRA, oriundos de Chequia. Punto y aparte en seguridad

Punto y aparte en seguridad

La investigación judicial determinó que la causa del siniestro había sido una deficiente ventilación, que es lo que provoca que las bolsas de grisú queden estancadas. Aquel accidente obligó a repensar la actividad extractiva en el país, reforzando las medidas de seguridad que son exigibles por norma a cada proyecto.

«Todo lo que puedes hacer y bajo qué medidas de seguridad debes operar en una mina está reglamentado y tabulado», refería hoy un especialista en prevención de riesgos.

Dada la situación los sindicatos SOMA-Fitag-UGT y CC OO convocaron un paro de 48 horas en el todo el sector minero desde este lunes. El objetivo es trasladar «todo nuestro apoyo y solidaridad a las familias de las víctimas y a los heridos que esperamos tengan una pronta recuperación. Es el momento de esta a su lado».

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