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BELÉN G. HIDALGO
LUARCA (VALDÉS).
Domingo, 20 de mayo 2018, 00:55
Casi seiscientos kilómetros separan Luarca, en el concejo asturiano de Valdés, de la localidad de Petilla de Aragón, en Navarra. A pesar de la distancia, ambas ciudades tienen en común ser villas de dos premios Nobel. Luarca vio nacer al científico Severo Ochoa y Petilla de Aragón a Ramón y Cajal, los dos únicos galardonados con esta distinción en Medicina de España. Los alcaldes de ambas localidades presumieron ayer de sus ilustres vecinos y rubricaron en un Pleno el hermanamiento de ambas localidades, cunas de los premiados. Un hecho que aprovecharán para promocionarse turísticamente de forma conjunta. «A partir de ahora, nuestros objetivos serán más ambiciosos. Buscamos que Petilla de Aragón se convierta en algo realmente nuestro y que Valdés se convierta para Petilla de Aragón en algo suyo», explicó Guardado, tras firmar el convenio de hermanamiento con Florentino Aguas, el regidor navarro. Ambas localidades quedaron así unidas por la ciencia. «Creo que si estuviesen aquí con nosotros, se sentirían orgullosos de sus vecinos y de sus representantes», afirmó Ricardo García Parrondo, edil socialista de Valdés.
El bioquímico luarqués, tal y comentaron en el acto, siempre admiró al científico navarro, que se convirtió en el espejo donde se miraba Severo Ochoa. «Era el faro que alumbró su trayectoria. Ramón y Cajal fue anterior al profesor Ochoa y esta circunstancia, quizás por mimetismo profesional, creó un vínculo indisoluble para unir dos vidas, dos profesiones, dos Nobel. Construyeron con ello lo que hoy celebramos: la unión de dos pueblos», apuntó el alcalde de Petilla de Aragón, Florentino Aguas.
El regidor aprovechó su intervención para recordar el viaje con el que Severo Ochoa cumplió «una ilusión ansiada desde hacía muchos años» como fue la visita que hizo a la ciudad natal de Santiago Ramón y Cajal. A renglón seguido, Florentino Aguas también repasó la visita a Petilla de Aragón en febrero de 1991. «Fue cuando los vecinos de Petilla mediaron para que el Nobel luarqués estuviese presente en la primera jornada dedicada a Ramón y Cajal», dijo. El regidor comentó que fue un acto promovido por el Ilustre Colegio de Médicos de Navarra, al que Severo Ochoa había dicho que no podría acudir por motivos de agenda. Sin embargo, su participación estuvo condicionada por la visita a la casa del Nobel, que tuvo lugar al día siguiente de su intervención en aquellas jornadas.
«Disfrutó del viaje, recorrió la casa natal de Ramón y Cajal y, al bajar por unas escaleras estrechas y empinadas, don Severo se manchó de cal su abrigo azul. Al salir, se ofrecieron a limpiarlo, pero él se opuso diciendo: 'dejadlo, dejadlo, es el único recuerdo que puedo llevarme de la casa natal de don Santiago Ramón y Cajal'», contó el regidor de Petilla de Aragón.
Guardado, por su parte, también recordó la llamada «espontánea» realizada en agosto para proponerle el hermanamiento y anticipó que la intención de Valdés es «construir espacios comunes en los que se pueda desarrollar actividades conjuntas, todo tipo de intercambios que ayuden a promocionar los municipios».
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