Luarca busca, por primera vez, novio a Santa Águeda, «para adaptarse a los tiempos»

La renovación de la directiva de la Cofradía de San Timoteo, el pasado febrero, ha propiciado cambios en los cimientos de las históricas fiestas de Luarca. Las verbenas, los chambrones y los cabezudos siguen intactos, como por supuesto la devoción al santo. Aunque el patrón tendrá este año, eso sí, solo una novia en lugar de tres. Y es que Luarca y los cofrades timoteínos no quieren dar la espalda a los avances feministas.

«En los tiempos que corren, con la problemática machista, no tenía sentido que San Timoteo tuviera tres novias. Por eso también le buscamos un novio a Santa Águeda, por primera vez en la historia», explica el presidente de la cofradía, Manuel Melchor Álvarez. Al especial puesto pueden presentarse los cofrades que lo deseen, durante este mes de julio. «En principio la edad no nos importa», asegura Álvarez.

La verbena del bollo -uno de los días mas especiales para los luarqueses- será este año el día antes del reparto, para facilitar la asistencia de los vecinos y evitar, en la medida de lo posible, la masificación. Una tendencia en las fiestas de prau asturianas que en la cofradía luarquesa reconocen que «preocupa, y mucho».

«Escuchábamos el otro día a los compañeros de La Pola que proponían la prohibición de bebidas blancas en el prau y, la verdad, que nos parece bien. Una cosa es llevar la sidra y el vino y otra muy distinta que nuestras romerías se conviertan en un 'macrobotellón'», confiesa Álvarez.

La de San Timoteo es una de las grandes romerías no sólo del occidente asturiano, sino de toda la región. El fervor con el que los valdesanos, y en especial los luarqueses, arropan a su santo, se ve en pocos sitios. Frente a su capilla erigida en medio del campo le cantan 'Cumpleaños feliz' y toda suerte de cánticos marineros. Las familias al completo se reúnen uniformados con el chambrón y hasta el santo baila, literalmente, a hombros de los cofrades.

Sin embargo, son muchos los vecinos que en los últimos años han protestado «por los autobuses», los viajes juveniles organizados «en torno al botellón». «Deberíamos juntarnos todas las romerías y tomar medidas, porque este tipo de ocio desvirtúa nuestras fiestas», asevera Álvarez.

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