ÁNGELA RODRÍGUEZ
OVIEDO / CUDILLERO.
Miércoles, 15 de febrero 2023, 00:48
Conocido entre su pueblo como Don José 'el de Thais', el sacerdote José Fernández dedicó su vida «al constante servicio de los demás». Una entrega que, ayer, tras su fallecimiento el pasado domingo, vecinos y amigos le devolvieron en un emotivo último adiós. «Llevaba tres ... días sin poder alimentarse, pero no perdió la conciencia. Estábamos todos asombrados por su resistencia y su fe. Nunca se quejó, siempre sonreía. Don José ha sido un modelo de fidelidad al Señor y un pixueto como la copa de un pino», aseveraron los compañeros del sacerdote.
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Natural de Cudillero, Fernández era canónigo de la Catedral de Oviedo, donde ayer también se celebró su funeral, y, a punto de cumplir este abril 99 años, acumuló 74 de sacerdocio. «Descendía de familia candasina y era un gran devoto del Santo Cristo de Candás, al que le encomendamos de forma especial», apuntaron varios miembros de la parroquia de Candás. Un grupo más de los muchos en los que 'Don José' era un referente. Desde el propio cabildo de la Catedral hasta la Asociación Amigos de Cudillero, que distinguió al párroco en agosto de 2010.
En concreto el colectivo cultural le otorgó el galardón Peña Roballera, que reconoce a las personas o grupos que destacan por su labor en favor del municipio de Cudillero. Durante el concurrido acto, celebrado en la capilla de Santa Ana de Montarés. quedó patente la importante labor del sacerdote. «Un faro para Cudillero» , señalan sus allegados. «Don José nos dio a todos un ejemplo de sabiduría y piedad. Su capacidad de trabajo y su esfuerzo diario eran asombrosos», aseguraron los diferentes párrocos, «dando gracias por haberle conocido».
Por el eterno descanso del querido sacerdote, se ofició, la pasada mañana, un funeral en la Catedral de Oviedo. Seguido de una segunda eucaristía en la parroquia de San Pedro de Cudillero, por la tarde. En ambas, numerosos amigos y vecinos arroparon a la familia del fallecido. Dos hermanos y cuatro sobrinos, entre otros. Ordenado en agosto de 1948, Fernández fue nombrado en 1988 Prelado de Honor de su Santidad. Un título honorífico que se obtiene por concesión especial de la Santa Sede. También fue profesor de Liturgia del Seminario Diocesano, entre 1960 y 1965, canciller-secretario del Arzobispado, entre 1971-1995, y encargado del Archivo Reservado desde 1995 hasta 1997.
Fue ese mismo año, durante la celebración de Martes Santo en la Catedral, cuando Don José sufrió un grave ictus cerebral. Se desplomó en plena procesión, y perdió el habla. «Aunque con su sonrisa y sus gestos siguió manifestando su bondad», aseguran quienes le acompañaban ese día. Su fe y su fuerte voluntad le impulsaron en su compleja recuperación, durante la que no dejó de asistir a las celebraciones.
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Como una de las etapas importantes en su vida, sus conocidos destacan los casi 50 años que dedicó «en cuerpo y alma» al asilo de ancianos de Oviedo, donde fue capellán. «Le pedimos a Dios que nos mande sacerdotes como tú. Sigue cuidando de la familia y que no falte trabajo en el mar», pidieron desde Cudillero a su querido Don José.
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