Industria refuerza la seguridad en las obras de restauración de Cerredo para frenar los argayos

Las complejas labores, que requieren en torno a 61 nuevos empleos, conllevan un movimiento de tierras de 3,4 millones de metros cúbicos. Un volumen importante que obliga a extremar las medidas de seguridad. «Debido a la acción de la meteorización» el talud norte de la corta minera registra actualmente «desprendimientos o argayos», que han obligado a ocupar temporalmente una finca privada para garantizar su control. «La necesidad y la urgencia de la ocupación temporal viene determinada como consecuencia del proceso de inestabilidad geotécnica del talud», asegura Industria.

La finca, ubicada en la cabeza del talud, es propiedad en un 98,7% de la comunidad de propietarios Fcas de la Granda, y en un 1,2% de la Fundación Oso Pardo. Un terreno que se ocupará, insiste Industria, por « imperativas razones de seguridad minera y de reparación a largo plazo de la afección actual». Potencialmente, los desprendimientos podrían causar algún tipo de afección sobre el entorno inmediato del límite del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.

Además de las explotaciones de laboreo, los trabajos de restauración de la antigua mina del Grupo Cerredo abarcan las escombreras y las plantas de tratamiento del mineral, tanto del cielo abierto como de la minería de interior. También, las infraestructuras auxiliares y los accesos.

Asimismo, para mantener el patrimonio minero, se conservarán algunas edificaciones en el área de la bocamina conocida como Coto Cortés, que incluye dos naves diáfanas, el edificio de oficinas y las pérgolas del aparcamiento anexas, así como la nave de Hidráulica. Entre los posibles futuros usos se permiten otros de carácter energético.