Detenido por matar en Trevías a un hombre que se había fugado de un control de la Guardia Civil

El cadáver del fallecido se encontró esta mañana en el domicilio de un vecino de Trevías. Tras ser avisados (se desconoce quien informó de ello), agentes de la Guardia Civil y de la Científica se desplazaron hasta ese domicilio y hallaron el cuerpo, con evidentes signos de una muerte no fortuita. También se encontraba en el mismo el propietario del inmueble, cuyo nombre responde al de Andrés, de unos cincuenta años, y que presentaba heridas graves y que ha sido trasladado en una UVI móvil hasta el Hospital Comarcal de Jarrio. Las fuerzas de seguridad del Estado le tenían custodiado mientras le hacían pruebas y lo cosían. Después, le trasladaron al calabozo de Luarca.

Según testimonio de los vecinos del inmueble, sobre las 7.30 horas sintieron ruidos en el piso donde se produjo el suceso. «Eran ruidos como de pelea, de golpes en muebles y discusión», relataba uno de los vecinos. Otro vecino, que mantenía amistad con el propietario del inmueble, relata que a primera hora de la mañana se encontró a Andrés en el portal de su casa, con la cara ensangrentada y su perro al lado. Le preguntó que había ocurrido pero no tuvo respuesta. Minutos después ya habían llegado los agentes de la Guardia Civil, que acordonaron la zona.

A las 8.30 horas, el presunto agresor bajó de su domicilio, en el número 33 de la travesía nacional 634 y caminó hasta la panadería cercana a la que solía acudir. Iba con la cara ensangrentada, sin camiseta y con un golpe muy grande en la cabeza y cortes en el cuello. Cuando le vio el responsable del establecimiento, Francisco Javier García, le preguntó qué había pasado. Y le dijo, tranquilo, que creía que había matado a un hombre. Iba con su perro, un pastor alemán, y le preocupaba lo que le fuera a pasar a él. El presunto agresor llamó inmediatamente después de los hechos a la Guardia Civil, que se personó en el lugar poco después de las 8.30. Se encuentra en Jarrio custodiado por los agentes.

La víctima rondaba los 30 años y vivía en la pequeña aldea de Balsera, a menos de dos kilómetros de Trevías. Por lo que cuentan los vecinos, dominaba las artes marciales. Y era habitual verle entrenar en el pueblo con otro joven. Era un fuerte, que rondaba 1,75 metros de altura y siempre vestía de negro. Su padre y él vivían en una casa alquilada en Balsera, donde los vecinos cuentan que pasaba mucha gente «a horas muy extrañas», sobre todo por la noche. Y que eran habituales «las trifulcas y los ruidos». En 2022, después de verano, la Guarcia Civil se personó en la vivienda por, un presunto caso de violencia de género. La pareja sentimental del padre de la víctima se fue entonces de la vivienda y su expareja tenía una orden de alejamiento.

Los controles de la Guardia Civil habían sido habituales las últimas horas porque, en la noche del jueves, la víctima se había dado a la fuga cruzando el río y acabó escondiéndose en el monte. La víctima y otro individuo circulaban en el Seat Ibiza cuando fueron parados por un coche de la Guardia Civil en las inmediaciones de Trevías.

El fallecido tenía numerosos antecedentes. De hecho, las autoridades llevaban tiempo siguiéndole la pista; los vecinos de la zona cuentan que, desde entonces, «se había refugiado en la casa de Trevías de Andrés».

Se desconocen hasta el momento los motivos por los que el fallecido se encontraba en este domicilio ni la relación que mantenía con el propietario del mismo. Se trata, este último, de un hombre que reside en Trevías desde hace poco más de un año y que adquirió una plaza de taxi de Luarca.