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Familiares y vecinos despidieron esta mañana a Agustín Dacosta A. L.

El Franco despide a Agustín Dacosta, su alcalde durante 20 años

Decenas de personas dieron el último adiós esta mañana, en La Caridad, al primer regidor tras la Transición, que falleció este domingo a los 92 años

Ángela Lanza

Lunes, 10 de abril 2023, 13:00

Con respeto y buenas anécdotas, el pueblo franquino de La Caridad despidió esta mañana al que fuera su alcalde durante dos décadas: Agustín Dacosta. «Un hombre callado» y con quien se podía hablar, como aseguran quienes le conocieron y fueron testigos de su labor ... al frente del Ayuntamiento de El Franco. A él llegó en 1979. Fue el primer alcalde tras la reinstauración de la democracia, y gobernó el municipio hasta 1999 cuando, a pesar de encabezar con URAS la lista mas votada, fue investida la socialista Cecilia Pérez.

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Ella, la actual regidora, recordaba ayer a Dacosta como un «duro contrincante» en sus comienzos. Una rivalidad que no trascendía al ámbito personal. Esta mañana asistió al funeral -oficiado por los párrocos Adán Fernánde, de Boal y Juan Ignacio García, de Castropol-, portando en la funeraria una corona de flores del Ayuntamiento de El Franco.

También asistieron exalcaldes y ediles «de la época de Dacosta», como Enrique Fernández y Paco Sanjurjo, exconcejales tapiegos. «Dacosta era muy trabajador. Estaba loco por hacer cosas por el pueblo pero, como todos nosotros los de antes, tropezamos con épocas difíciles», señaló Fernández.

Sus allegados destacaron también su amistad con Manuel Bedia, histórico alcalde naviego fallecido a finales del pasado enero. Tenían ideas en común, aunque tampoco faltó alguna desavenencia. Y ambos recibieron, en sus funerales, una corona de flores de los exalcaldes y alcaldesas de Asturias. «Te recordaremos siempre, Agustín», rezaba la banda sobre la funeraria blanca.

«No le gustaba presumir, no hablaba mal de los compañeros», aseguró Sanjurjo, con respeto. No sin destacar las enormes dificultades y la falta de presupuesto a la que los Ayuntamientos de los pueblos se enfrentaron en aquellos primeros años tras la Transición. Un Ayuntamiento «que era el suyo». «Siempre lo comentaba, estaba orgulloso de haber levantado este edificio», apuntó el tapiego.

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