ROSANA SUÁREZ
TAPIA DE CASARIEGO.
Domingo, 10 de enero 2021, 01:51
El rorcual boreal de 13 metros que murió el viernes tras quedar varado en la playa de Serantes, en Tapia de Casariego, pudo ser extraído del arenal ayer a media tarde con maquinaria pesada que lo arrastró hasta el aparcamiento. El cuerpo del ejemplar fue ... depositado en el aparcamiento del arenal hasta la llegada de un transporte especial de Cogersa que lo llevó a las instalaciones de Serín, donde está previsto que se haga la necropsia.
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El Principado, dentro de la Red de Varamientos de Cetáceos, activó la fase de recuperación del ejemplar que se encontraba en la zona intermareal. Agentes del Medio Natural, veterinarios y expertos participaron en el dispositivo que comenzó a las 15 horas. La prioridad era sacar el cetáceo por tierra, la posibilidad de hacerlo por mar hasta llegar a puerto se descartó dadas las «complejas condiciones» que presentaba la mar, por lo que hubo que esperar a la bajamar para poder retirar el cuerpo por medio de unas eslingas atadas a la maquinaria pesada.
Una tarea previsiblemente compleja, ya que se trata de un animal de grandes dimensiones, lo que dificultaba su manejo. El objetivo era extraer el rorcual en la jornada de ayer. «Cuanto más tiempo pase, más degeneran los tejidos. Tenemos que hacerlo cuanto antes aunque el frío ayude a la conservación», explicaba el director general de Medio Natural y Planificación Rural, David Villar, momentos antes de proceder a la recuperación.
Por el momento, se desconocen las causas del varamiento del cetáceo. La Red de Varamientos del Principado se encargará de la investigación «para seguir aprendiendo sobre estos cetáceos, a través de los tejidos y de los órganos», afirmó Villar. «Cuando el animal se acerca a la costa y tienen un desenlace fatal, como este, es porque le ocurre algo. No vara y muere. Tiene alguna anomalía y se va acercando a la costa para finalmente varar. Las posibilidades de rescate cuando están en estas condiciones son muy pequeñas», explicó.
En este sentido, la alcaldesa de Tapia de Casariego, Ana Vigón, apuntó que «deberíamos plantearnos también qué estamos haciendo con el planeta y con nuestros mares». La regidora mostró su satisfacción una vez que concluyó el dispositivo al no tener que lamentar daños. El Principado avanzó ayer que ya ha hablado con la Fundación de Investigación Oftalmológica Fernández-Vega y el tejido cristalino podría ser usado para oftalmología aplicada a humanos.
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