Una familia cede un inmueble en Boal para construir un nuevo centro de salud

Aunque la familia reside en Grado, el regidor socialista José Antonio Barrientos explica que «no han perdido el contacto con esta tierra» y por ello han querido que esta edificación, deshabitada y en visible mal estado, pueda ser disfrutada por todos los boaleses. Según el primer edil, el «mejor uso que se le puede dar es como centro de salud» ya que, el actual «se ha quedado pequeño y es de difícil acceso para los mayores».

Desde hace 25 años, este equipamiento sanitario se encuentra en la urbanización Arcoíris, un lugar con una entrada bastante peculiar. Para poder cruzar el umbral de la puerta es necesario subir primero una elevada pendiente. Tarea muy costosa para aquellas personas con problemas de movilidad. En Boal, un tercio de sus 1.586 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), tienen más de 65 años. Lo que representa al grupo de población que más visitas realiza a los médicos de Atención Primaria.

El inmueble, de tres plantas y 400 metros cuadrados, lleva tiempo en desuso y el paso del tiempo ha hecho mella en su fachada. Aun así, José Antonio Barrientos insiste en que la estructura está «en buenas condiciones». «Necesita una rehabilitación por su antigüedad y luego adaptarlo al uso que le queremos dar», señala.

Ahora, han de comprobar en el Registro de la Propiedad que el edificio se encuentra «libre de cargas» y hacer efectiva la donación al Ayuntamiento. A lo largo de las próximas semanas, espera trasladar estas intenciones a la Consejería de Salud, que desde hace tiempo está al tanto de dicha necesidad. «Es la mejor oferta de todas las que hemos planteado. Se han estudiado otras propuestas, pero no con tantas posibilidades como esta».

El siguiente paso es que desde el área liderada por Pablo Fernández Muñiz valoren su viabilidad. «La consejería siempre se ha mostrado receptiva. Sería hasta poético que la que fue casona del médico acabe convertida en un consultorio», añade Barrientos.