Los investigadores, en la caseta en la que se produjo la explosión. Damián Arienza
Explosión en Cangas del Narcea

«Estamos a cinco kilómetros y lo oímos como si un volador hubiese estallado aquí mismo»

Un vecino de Cangas del Narcea, que vive «muy cerca» de la víctima del accidente en Pirotecnia Pablo, cuenta cómo se sintió la explosión

Octavio Villa

Gijón

Miércoles, 27 de marzo 2024, 13:30

«La explosión tuvo que ser tremenda. Estamos a cinco kilómetros y lo oímos como si un volador hubiese estallado aquí mismo». Un vecino de la capital canguesa, que vive «muy cerca de donde vivía el pobre chaval» fallecido en el accidente laboral que ... tuvo lugar en la Pirotecnia Pablo recordaba en declaraciones a EL COMERCIO lo vivido esta mañana. El mismo vecino indicó que «conozco a varios de los que trabajan en la pirotecnia, y son gente experta que, como este chico, llevan años trabajando y saben lo que hacen, así que no me explico qué accidente o despiste tuvo que tener».

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Explicó, además, que «comentan que estaba 'cebando', que es cargar cartuchos, en una de las casetas. Son casetas de hormigón armado, distanciadas unas de otras y de la nave principal, precisamente como medida de seguridad», para evitar que un incidente en una de las casetas afecte a las demás.

Añadió este vecino que el trabajador fallecido, aunque llevaba años trabajando en la pirotecnia, «no estaba en ninguna de las peñas» de la Descarga.

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El accidente se produjo a las 9.15 horas de este miércoles. Una explosión en el interior de una de las casetas que posee la empresa pirotécnica canguesa provocaba la muerte de un trabajador de 41 años, vecino de Cangas del Narcea. La víctima realizaba en el momento del suceso un preparado de pólvora para su uso en pirotecnia.

«Nos retumbó toda la casa, creíamos que nos había estallado la caldera»

En la ladera ubicada frente a la que acoge las instalaciones de Pirotecnia Pablo se encuentra el pueblo cangués de Curriellos, que tiene una panorámica absoluta de la empresa. La que todas las mañanas ve desde su casa Ana Llano, quien explicó a EL COMERCIO que «todos los días hacen pruebas y se oyen pequeñas explosiones, pero esto fue enorme. Nos retumbó toda la casa, al punto de que creíamos que se nos había reventado la caldera». Con el susto en el cuerpo, Llano añade que «no te puedes imaginar la explosión que fue. Nosotros estamos a 500 metros en línea recta y fue un estallido que tapó todo. Hubo una explosión, una humareda y luego todo desapareció. Ya solo se veían los restos de la caseta que explotó, pero el resto de la fábrica quedó aparentemente intacta».

Ana Llano
Ana Llano

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Respecto al fallecido, Modesto Guerra, Llano, que tiene una casa en el pueblo de Bimeda, donde viven sus padres, anotó que «es parte de una familia muy querida. Tiene dos hijas, un hermano y una hermana y está separado. Sus padres compraron la Casona de Bimeda, muy conocida». Llamativamente, la víctima, especialista en montaje y disparos de pirotecnia, no forma parte de ninguna de las peñas de la Descarga, si bien Llano precisa que «eso suele ser por costumbre familiar». Custodio Guerra, el padre de Modesto, es de origen portugués y no se había integrado en las peñas de la Descarga.

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