El río Eo se desborda e inunda Abres: «Queremos un dragado»

Hasta allí llegaba el barro que dejó la crecida y bajada del río Eo. Una situación a la que, por desgracia, casi están acostumbrados. «Parece poca cosa, pero no lo es. Desde el domingo al mediodía que empezó a bajar fuerte el río, solo podíamos ver y esperar que no fuera muy grave. Porque ahora el río no se puede tocar», resaltaban las vecinas.

Cansadas de una situación que se repite en el tiempo, «y que genera mas desperfectos de los que parece», los residentes piden un dragado del río. «Es urgente. ¿Cómo va la gente a querer vivir aquí si estas cosas no se solucionan? Desde los despachos no son conscientes. Antes la gente sacaba del río piedras para arreglar las casas. Ahora no puede tocarse nada, ni las ramas siquiera. Hasta que cae un árbol y hay riesgo de atasco en río», apuntaban.

Las intensas lluvias en el primer día del año activaron la alerta en el río Eo, movilizándose el equipo de Protección Civil para ayudar a los vecinos a limpiar la zona y secar las propiedades más afectadas. Una tarea ardua, dada la intensa humedad en algunos rincones del pueblo de Abres.

«Achicamos el agua en la medida de los posible con una motobomba, pero no se puede hacer nada hasta que baje el nivel del agua», apuntó el alcalde de Vegadeo, César Álvarez, sobre los trabajos ayer por la mañana. Si bien esta vez no ha sido tan grave como otras, una de las casas más próximas al río quedó totalmente rodeada de agua. Igual que los pastos anexos, completamente encharcados, y hasta los caminos, llenos de ramas y barro.

«Pedimos que se tomen las medidas oportunas, como el dragado del río y que se implementen obras para levantar infraestructuras que son necesarias para proteger las viviendas. Por ejemplo, unas escolleras», señaló el regidor vegadense, en la línea de las demandas del pueblo.

Y es que, tras el dragado urgente, las vecinas ven en la construcción de una suerte de dique de contención una posible solución para vivir más tranquilas. «Los responsables en Oviedo no miran nada por esta zona. Y cuando el agua se sale del cauce, pasamos miedo, la verdad. Aquí tienen que empezar por arreglar la zona, el entorno, y luego construir una escollera», aseveraban ayer los vecinos, sin quitar ojo al río, ruidoso y oscuro, y sin soltar la fregona.