Coaña despide a su párroco: «Constantino era un buen cura que cuidó su rebaño»

A pesar de la avanzada edad -93 años- con que falleció el viernes el expárroco de Villacondide, Constantino Rodríguez, los feligreses y sus hermanos sacerdotes no pudieron contener ayer la emoción en su despedida. Y es que, como apuntó el arzobispo asturiano, Jesús Sanz Montes, que presidió la ceremonia, «parece que a las puertas de la Navidad se suma un dolor por decir adiós a alguien que has querido. Un adiós que, por otra parte, siempre nos encuentra desprevenidos».

Las buenas palabras para 'Don Constantino', como muchos aún le llamaban, fueron infinitas desde que se conoció su fallecimiento en la Casa Rectoral de Villacondide, donde vívía desde su retiro en 2019. Asimismo, en la iglesia parroquial de San Cosme y San Damián, el espacio se quedó pequeño para albergar a tantos vecinos agradecidos por la labor del párroco, natural del vecino municipio de Villayón.

«Un sacerdote de tan avanzada edad es muy respetable. Ya no solo por su vida, sino por el ministerio sacerdotal, en el que pasó de los 60 años. Fue ordenado en 1954, año Mariano, y tras unos primeros lances en la zona de Ibias llegó aquí. En esta zona le conocí cuando llegué como arzobispo y vi su entrega sincera. Era un buen cura que, con bondad, cuidó de su rebaño», destacó Sanz, rodeado de los sacerdotes de Navia, Villapedre, y Luarca, entre otros religiosos.

Con toda la humildad con que uno puede dirigirse al cielo y un toque risueño que alivió por un momento el dolor del funeral, el arzobispo recordó «el ruego de un amigo sacerdote, para que no se mueran más curas al menos en dos años». «Bendícenos, a través de la intervención de Constantino, con más vocaciones. En el Seminario se forman 30 jóvenes, pero son más de 900 parroquias las que tenemos», apuntó. La familia del fallecido por su parte, agradeció a los vecinos que velaran, con cariño, al párroco.