Clase práctica de respeto medioambiental

«Esta es una actuación que complementa la formación dunar, que va muy bien. Se están plantando árboles autóctonos, madroños y laureles, que soportan bien las agresiones, por ejemplo de salinidad, según los expertos. Contamos para ello con los centros escolares, a quienes le agradecemos su ayuda. Y también viene gente de los talleres de empleo y el servicio de jardinería del Ayuntamiento», explicó el alcalde, Ignacio García Palacios, pala en mano.

En total, la especial 'patrulla' ambiental plantó 1.000 árboles, «donados por la Consejería de Medio Rural y Tragsa. Y también Ence, colabora con 16.000 euros para perimetrar la zona con estacas y señalizarla», añadió el regidor.

Esperando su turno para poder meter las manos en la tierra, Tania García, de sieteaños, confesaba que le gustaba la actividad, cerca de una playa a la que va normalmente. Y a su lado, Izan Blanco, también del colegio concertado Santo Domingo, se mostraba emocionado por su pimera vez plantando un árbol. Concienciar al alumnado de la necesidad de cuidar los ecosistemas es uno de los grandes retos de los docentes. Especialmente, en aquellos entornos que los pequeños conocen y disfrutan. Es el caso del pinar y entorno de la playa de Navia, una de las zonas preferidas por los vecinos y el lugar donde cada 17 de agosto se celebra la jira como colofón de las fiestas patronales.

Acualmente, está en marcha el sistema de regeneración de las dunas. «Ya subió la arena en algunos sitios más de treinta centímetros. La vegetación está creciendo e incluso aparecen otras especies», celebró Palacios. El proyecto global de restauración del entorno -que incluye la construcción de una escollera vegetal- implica a varias administraciones como el Gobierno regional, la Demarcación de Costas y el Ayuntamiento. Toda ayuda es necesaria para recuperar la biodiversidad y el esplendor de la playa, el pinar y la poza de Navia.