Buscando oro en familia

Para celebrar su entrada en la edad adulta se puso en marcha una nueva categoría bajo el nombre, 'Ven a batear connmigo'. En ella forman equipo una pareja integrada por un experimentado bateador y un aprendiz que jamás haya tenido en su mano una batea. El reto sigue siendo el mismo: rescatar el mayor número de pepitas de entre la arena en el menor tiempo posible. «Uno enseña al otro. La historia es que la gente pierda el miedo», indicó Castaño.

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Fue el caso de Chema de Miguel, que llegó a Navelgas sin la intención de mojarse los pies y a cabó en un bañera, batea en mano, junto a Hugo Sanfíz, miembro de la familia de bateadores más reconocida del lugar. «Saqué nueve pepitas. Se distingue bien. Me dijo que tuviese cuidado con los reflejos del agua», dijo el alumno. Logró el aprobado de su instructor. «Estuvo bien. Hizo buen tiempo. Lo más importante es estar tranquilo y recoger bien las pepitas», apuntó Sanfiz, indicando que la falta de sol complica la búsqueda, pues las pepitas, del tamaño de una cabeza de alfiler, no lanzan ese destello que las delata.

Ayer fue el acto de inauguración, que tuvo lugar frente al Museo del Oro de Asturias. Allí se hizo entrega de la 'Batea de Oro' a la empresa Orovalle Minerals, por su apoyo a la organización y la promoción del bateo, así como su «apuesta por la minería sostenible». El galardón lo recogió Guadalupe Collar, jefa de geología de la compañía.

El bateo continuará hoy en familia en el Navelgas Arena, donde también arrancarán las competiciones de la cita nacional que concluye este domingo. Por delante, el reto de hallar más de 5.000 pepitas ocultas entre nueve toneladas de arena.