Las calles de La Caridad, escenario de una cacería de jabalíes

«Esta situación es fruto de la mala gestión medioambiental que llevamos sufriendo muchos años en Asturias. Necesitamos políticos competentes porque los que tenemos no lo son y esta cacería dice mucho de su capacidad de gestión», señala este colectivo.

Alertados por los vecinos, varios agentes del Seprona se acercaron a La Caridad, para comprobar, entre otras cosas, que la cacería estaba autorizada. Una cuestión que destaca el Principado, cuyos agentes de la Guardería de Medio Natural participaron también en las batidas. «Es una cacería autorizada en el marco de un plan extraordinario de caza que busca reducir los daños causados por el jabalí. No se disparó en el casco urbano, se cazó del pueblo hacia fuera», aseguran en la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial.

Hasta el momento, se han ejecutado en la región alrededor de una veintena de cacerías dentro del citado plan.

La necesidad de contener el crecimiento exacerbado de la población de suidos en Asturias no es, sin embargo, un atenuante de la gravedad de los hechos para Anadel. Aseguran que se han infringido varias leyes, y destacan que, a pesar del carácter extraordinario de la cacería, los perros de caza deben ir permanentemente con su correa. Algo que, a la vista de las grabaciones vecinales, no se cumplió.

La polémica jornada de caza, en la que además de los agentes de Medio Natural participó una cuadrilla de cazadores locales, se desarrolló entre los términos municipales de El Franco y Tapia de Casariego. Y se saldó con un total de 11 animales abatidos. Un cupo alto para unos y «mas que necesario» para otros, ya que, como publicó este diario el pasado julio, Asturias debería abatir al año 27.500 jabalíes para contener su expansión.