Boal rinde tributo a las indianas, «niñas que se armaron de valor para cruzar el charco»

«La marcha de niños ya fue bastante dura, pero en el caso de las mujeres las peripecias se multiplican», asegura González.

Uno de los momentos más emotivos llegará, sin duda, mañana. Cuando se descubra el mosaico en honor a Rosalía Rodríguez de la Cruz, en el lavadero público. Ella fue la impulsora, aunque no llegó a verlo, de la construcción del lavadero en el que tantas boalesas se afanaron y confesaron durante décadas. «Se construyó en 1928. Unos años antes Rosalía había venido de Cuba con su marido, que fue uno de los que emigró a La Habana. Ella veía a las mujeres lavar en el río, en invierno casi congelado, y se sobrecogió. Le dijo a su marido que había que hacer algo por ellas y, aunque al poco tiempo de regresar a Cuba ella falleció, su marido lo cumplió en el siguiente viaje», explica González. En el lavadero, que ya lleva el nombre de esta cubana, se instalará también una exposición sobre las emigrantes, en el marco del proyecto comarcal 'Nía, Nosoutras ideamos Arte'. «Eran casi niñas, en muchos casos, que se armaron de valor para cruzar el charco», destacan los boaleses. El grupo de teatro Selena representará la obra 'El americano', a las 20 horas, para culminar la primera jornada de fiesta.

Escaparates y calles engalanados para no desentonar con los fastuosos atuendos indianos, Boal acogerá también el viernes la conferencia 'Epopeya y patrimonio de los americanos boaleses', a cargo de los doctores en Geografía e Historia Juan Méjica y Benjamín Méndez.

La música en directo correrá a cargo del cuarteto EntreCuatre, Los Jimaguas y Son De Cuba SDC. Ya el domingo, en el Parque de los Emigrantes, se celebrará la gran comida de hermandad, donde Boal recordará a aquellos que, en su corazón, nunca dejaron la villa. Sin olvidar el desfile de coches, «uno de los atractivos que mas gusta a la gente».