Carlos Bernal
Lunes, 8 de mayo 2023, 21:37
El suroccidente de Asturias ha encontrado una puerta a la esperanza para ganar la batalla a la despoblación en quienes ven una oportunidad para desarrollar sus proyectos vitales en la zona. Entre ellos, una nueva generación de emprendedores que, nacidos o no en esta comarca, ... redescubre en las tradiciones culturales un atractivo que les empuja a quedarse.
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Estafaría Trenado nació en Jerez de la Frontera. Desde los 17 años se dedica a viajar, alternando «trabajos de supervivencia» con su proyecto vital 'Lokomotive, crochet de alta velocidad', hecho a mano y con lana virgen. En 2019, «una especie de intuición» la empujó a mudarse al corazón de Somiedo. «La necesidad de abrigo hizo que las somedanas creasen técnicas especializadas como tejer con cinco agujas», explica Trenado, que se ha comprometido a continuar con el legado, no solo incorporándolo a su negocio, también impartiendo talleres. «El esfuerzo de tejer tu ropa es terapéutico, te llena de autoestima», asegura.
Del esfuerzo que conlleva crear productos artesanales son conscientes Adrián Sierra y Aarón Iglesias. La joven pareja, de Tineo, se embarcó hace más de seis meses en La Curuxa Atelier, un proyecto en el que las últimas técnicas digitales y la cultura internacional se entrelazan con la ancestral del suroccidente y la artesanía. «La Curuxa Atelier es el sentimiento de mezclar lo nuestro con lo pop para dar a conocer el suroccidente asturiano al mundo», resume Iglesias.
Dibujados al estilo 'pop art' e impresos en bolsos cosidos a mano, Los Guilandeiros de Tineo es uno de los ejemplos que firman. Sus diseños están también comprometido con la realidad social que les rodea: «Contribuimos a las movilizaciones de las trabajadoras de servicio de ayuda a domicilio regalándoles unas pulseras», señala Iglesias.
Tras conocerse vendimiando en Francia, Almudena Galatas y Daniel Rodríguez escogieron Cangas del Narcea para su proyecto agrícola, «una plantación de árboles frutales y hortalizas», desgrana ella. Eligieron el suroccidente por tres razones: su lluvia, la fertilidad de su tierra y la solidaridad de sus pueblos: «Los vecinos nos han cedido huertos y terrenos agrícolas», celebra esta pareja madrileña, que pretende comprar maquinaria pesada con las ayudas de la PAC para ampliar el proyecto y generar puestos de trabajo. «Muchos compañeros del sector emigran a Francia porque las condiciones laborales son mejores allí, queremos cambiar eso».
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