«Se veía venir, pero no hicieron nada para solucionarlo», claman los vecinos afectados por el argayo en la AS-29

Ahora preocupa afrontar la situación que complicará la vida cotidiana de los vecinos de Escrita, Abanceña, Casares, El Viso, El Valle, Perdiello, Cerveiriz y San Damiás en los próximos días. «Nos tenemos que organizar mientras dure esta situación. Yo tengo hermanos que tienen que marchar para Oviedo, pero tienen coches pequeños y no pueden», explica el vecino de Escrita, José Manuel Agudín, que deberá acercar a sus familiares en el todoterreno a la villa canguesa para que puedan trasladarse en transporte público hasta el centro de la región. En los pueblos hay una importante carga ganadera que, en estas fechas, salen de la ganadería rumbo al matadero y precisan de transporte, así como el resto de las restes que necesitan alimento esperan que los distribuidores puedan abastecer a las ganaderías en camiones pesados. A ello se suma la situación de los vecinos que se trasladan a la villa por trabajo, los escolares que están matriculados en el colegio público de Obanca o los traslados por motivos de salud que puedan surgir. Amén de servicios como la correspondencia, la recogida de basura, el panadero o un veterinario.

El paso alternativo hoy será a través de una pista que comunica El Valle con Sevil, pero solo pueden transitar por este camino los vehículos todoterreno, que llegarían a la AS-15 atravesando el pueblo de Penlés. El Ayuntamiento trabaja en acondicionar esta pista para que puedan circular también turismos y prevé compactarla aplicando zahorra. Sin embargo, esta solución no acaba de convencer tampoco a los vecinos, que consideran que supone un riesgo debido a las lluvias que arrecian estos días y la inestabilidad del terreno, que también cuenta con una importante pendiente. «La salida con todoterrenos ya la tenemos, pero está en tierra y con la lluvia se hará un barrizal tremendo. Y lo peor es que no marchemos monte abajo», apunta Amago, reacio a intervenir en la misma por las complicaciones que pueda suponer mover tierra con el temporal de lluvias.

El malestar es latente en la zona, que lamentan que ante una situación previsible se haya esperado a buscar una solución en pleno temporal de invierno. «Nadie tiene miedo a las consecuencias de lo que aquí pueda ocurrir. Todo el mundo lo veía. No somos afectados los pueblos de aquí arriba, también la zona del puerto e Ibias», critica Javier Martínez , vecino de Abanceña, que espera que no haya que lamentar ninguna víctima. «Ahora en invierno estamos más expuestos y las soluciones son más difíciles. Creo que los pensadores deberían haberse dado cuenta antes. Nos ofrecen apaños, pero solución solo hay una», concluyó.