El Principado no da plazos para la reapertura de la AS-29 tras el argayo

Calvo ha visitado este viernes las obras de saneamiento y restauración del talud en la AS-29, tras un desprendimiento que ha obligado a activar el nivel de emergencia. Allí ha subrayado que la Consejería que dirige pondrá «todos los medios técnicos y económicos a su disposición» para asegurar de nuevo el paso lo más rápido posible.

Desde esta mañana una decena de técnicos expertos en topografía, geología e ingeniería han comenzado los trabajos de reparación inspeccionando y midiendo con un dron el talud de más de 25 metros.

«Es una vergüenza, todos los meses lo mismo, con los precios del gasoil no me puedo permitir dar la vuelta por el Connio», exclamaba una vecina ibiense a orillas de la señalización, a la altura de Agüeras del Coto, que prohibía continuar hasta el Pozo de las Mujeres Muertas, frontera natural entre los concejos de Cangas del Narcea, Ibias y Allande. Ayer a primer hora, el argayo había sido retirado en tiempo récord por los operarios de la consejería, dejando la carretera autonómica liberada.

Pero la Administración regional prefirió «por seguridad», mantener la vía cerrada, uniendo las dos villas suroccidentales a través del puerto del Connio por la AS-348, una carretera que apenas suma cuatro metros de ancho en alguna de sus curvas. Para informar del itinerario alternativo, un operario permanecía en la localidad canguesa de La Regla, junto a la señalización correspondiente. Del otro lado, en Ibias, los conductores no eran notificados del corte y muchos se encontraban una vez pasado el pueblo de La Viña, con la señalización que les obligaba a dar la vuelta.

Mientras tanto, dos geólogos realizaban los trabajos para conocer el estado del talud. El punto de ruptura de la fractura en la roca se localizó a 29,4 metros de la carretera, con riesgo de más desprendimientos. Los técnicos estudiaban las opciones topográficas que permite la orografía de la ladera. Algunos pedruscos que seguían cayendo a través de la malla metálica, desgarrada durante el desprendimiento, advertían de que un nuevo argayo podía producirse en cualquier momento. «Estamos barajando la idea de demoler algunas piedras antes de reparar la malla», señalaban los técnicos. «Una opción complicada que puede que lleve varias semanas de trabajo», advertía el operario que la consejería desplazó hasta la zona de emergencia.

Algunos pasajeros indignados se negaban a deshacer el camino y dar la vuelta por el Connio. Salían de sus vehículos y trataban de negociar una tregua a la prohibición de pasar. Alegaban que aquel nuevo itinerario sumaría casi dos horas al tiempo que ya llevaban conducido.

«No está debidamente señalizado, desde San Antolín no hay nadie que nos haya avisado de que la vía estaba cerrada», protestaba una pareja de turistas, bastante nerviosas por no perder el vuelo de vuelta a sus hogares. «Yo he podido pasar esta mañana sin problemas. Vuelvo de Cangas y me encuentro con que tengo que dar la vuelta, es una vergüenza», aseguraba otra usuaria habitual del trayecto que une los dos concejos.

Otros usuarios se resignaban a dar la vuelta sin protestar. Pero otros no se molestaban ni en negociar y pasaban por medio de los conos. «Lo que es una vergüenza es el poco sentido común que tiene la gente», decía un vecino de Agüeras del Coto, pero acto seguido empatizaba con sus vecinos del pueblo al otro lado del punto de desprendimiento. «Los de La Viña van a tenerlo peor que nosotros porque ellos tienen que volver hasta San Antolín y luego hacerse el puerto», explicaba. Hasta nuevo aviso, a la Viña se suman Combo, Vegadorreo y Monasterio los vecinos que tendrán que sumar una hora de conducción para ir a la villa canguesa.

«La reapertura debe garantizarse con todas las condiciones de seguridad, confiamos en que los trabajos se desarrollen de la forma mas rápida», señaló José Víctor Rodríguez, alcalde de Cangas. Medio Rural considera la opción de abrir uno de los dos carriles una vez la situación en la ladera se haya estabilizado.