ÁNGELA RODRÍGUEZ
VEGADEO.
Viernes, 12 de agosto 2022, 01:51
Más allá del deporte, remar tiene que ver con la misma vida. Con la actitud, con la fortaleza y la valentía que requiere navegarla para salir siempre a flote. Unas cualidades que Alberto González, nacido en 1981, desarrolló ya de niño en Vegadeo rodeado de ... sus vecinos. Su gente le arropó ayer, con absoluta admiración, en la entrega del galardón 'Vegadense del año'.
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Por unanimidad del jurado y unanimidad de la comunidad vegadense, González recibió emocionado en el auditorio local el diploma y la Diadema de Vegadeo, joya castreña prerromana. Y es que si de algo presume el campeón nacional de bateles y rescatador marítimo del Helimer Cantábrico es de ser «veigueño». «Este es el mejor premio que una persona puede tener. Es la guinda del pastel», aseguró, feliz.
«Cuando habla de Vegadeo, lo hace con orgullo y con amor. Os enaltece a todos como vegadenses», aseguraron sus compañeros de la tripulación desde Gijón a través de un vídeo que logró arrancar alguna que otra lágrima al remero. «Dedicación, sacrificio, responsabilidad y humildad. Esas son las palabras con las que describiría a mi hermano, que también fue siempre mi amigo. Se perdió mucha diversión en los mejores años, la década de los veinte, pero tuvo la constancia de seguir. Y los consiguió todo», relató su hermano.
Veinticinco años «con el palo en la mano», remando, tirando, han dado a Alberto unos valores especiales, que comparte con su familia, sus amigos y su equipo. «Aprendí a no depender de la motivación, porque va y viene. Sé que por el camino voy a tener altibajos. Me pongo objetivos a corto o medio plazo. Una competición o una regata», confesó.
González, que se enamoró del remo en Vegadeo, comenzó en el Club Remeros del Eo en 1995, con solo catorce años. Tras pasar por Orio (Vizcaya) en 2003, se fue a La Coruña para iniciar sus estudios de Educación Física, compaginándolos siempre con el deporte. En 2005, remó una temporada de traineras con el Club de Regatas de Perillo, que competía en la liga gallega. Y desde el 2017 lo hace en el vizcaíno Club Astillero, con Jon Elortegi al frente de la actual temporada 2022.
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Aunque no tenía una vocación expresa para ser rescatador marítimo, dijo haberse sentido feliz al enterarse de que estaba dentro de la tripulación. «Llevaba intentándolo varios años. Cuando los rescates salen bien, cuando salvas a alguien y lo devuelves a su familia es una sensación increíble», acertó a describir.
Con experiencia en rescates en acantilados, hombres al agua o embarcaciones, y evacuaciones médicas -desde buques de pasaje, pesqueros, mercantes a barcos recreo-, Alberto González ha actuado con sus compañeros en el mar Mediterráneo, el Cantábrico y el océano Atlántico. «Salimos cuatro de tripulación y volvemos cuatro. Y si es con alguien más, mejor», apuntó.
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Aunque lleva diciendo quince años que se retira, «por lo duro del deporte y porque muchas veces el esfuerzo no está todo lo recompensado que debiera», para Alberto el remo es una adicción difícil de dejar. «Tiene algo especial», asegura. Y así lo transmite, casi sin querer, a la cantera de Vegadeo.
Un pueblo que presume de afición al remo, que abandera su ría, y sobre todo a los «referentes locales como Alberto».
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