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ANDREA ARRUÑADA
VEGADEO.
Jueves, 27 de agosto 2020, 00:04
En la Asociación Vecinal de Abres, en Vegadeo, por fin respiran aliviados tras un largo camino administrativo para conseguir la declaración de A Espiñeira como monte vecinal en mano común. Hace una década un grupo de ocho vecinos comenzó la andadura con la esperanza ... de completar los trámites en un plazo de dos años, como marca la Ley de Montes. Tiempo atrás los más veteranos lo habían intentado en varias ocasiones, siempre sin éxito.
Ayer recibieron de la mano del consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, la resolución del BOPA que acredita esta declaración y que permitirá a los 62 representantes de 'casas abiertas con humos' o con residencia seis meses al año gestionar un monte de 67 hectáreas, con pino, castaño, roble y eucalipto. El siguiente paso, como señaló la secretaria de la Coordinadora de Montes Vecinales en Mano Común del Principado, Conchi Pérez, consiste en crear los estatutos de la Comunidad de Montes e implicar «al máximo» a los vecinos. «El heroísmo hay demostrarlo con una correcta gestión, respetando las leyes y logrando un desarrollo rural de la comunidad», explicó.
Abres se ha convertido en un ejemplo para otras juntas inmersas en pleno proceso para que se reconozca que en sus montes hay aprovechamientos tradicionales que han pasado de generación en generación. Además, el caso de la parroquia ha permitido avanzar en una situación que «llevaba estancada desde los 70 y 80, cuando se reconocieron los montes vecinales de Ibias».
Los proyectos de futuro para A Espiñeira todavía están por definir, pero se valora emplear el terreno para usos ganaderos, forestales y silvícolas, así como potenciar las rutas en bicicleta y crear un área recreativa. «Tenemos mucha ilusión por ponerlo a producir. Para los mayores es un logro muy importante porque el monte siempre fue suyo», explicó Manuel Jesús González, presidente de la Asociación vecinal. De ello dio cuenta Modesto González a sus 83 años: «Íbamos a cavar y el que primero llegaba, escogía».
El consejero Alejandro Calvo reconoció la falta de «proactividad» del Principado e insistió en que seguirán trabajando en clarificar la propiedad forestal, como muestra la reactivación del Jurado de Clasificación. «El monte tiene que ser un elemento de desarrollo económico para los pueblos. Además, es un eje central de nuestra política de prevención de incendios». En la actualidad, 24 peticiones activas de juntas vecinales se encuentran en fase de estudio.
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