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LIDIA ÁLVAREZ
Viernes, 30 de diciembre 2016, 00:24
Las obras de construcción del aliviadero para controlar el nivel de agua de la balsa de la explotación minera de Tormaleo, en Ibias, ya están concluidas. El Principado comenzó los trabajos a principios de noviembre, en los que además del aliviadero se actuó sobre los antiguos cauces, que se habían secado por la actividad extractiva, «lo que permitirá devolver a la zona su red hidrológica natural».
Se han invertido en las obras 109.639 euros, de los que 11.676 corresponden a la dirección facultativa de la obra y otros 97.962 a la ejecución del proyecto. En la Consejería de Industria aseguran que «la solución permitirá atajar de manera definitiva el riesgo de desbordamiento por un aumento de caudal a causa de la lluvia y la nieve». Además, está previsto abordar una reestructuración más global de todo el entorno.
El presidente de la Junta Vecinal de Tormaleo, José María Fernández Cadenas, confía en que la obra permita controlar el nivel de agua. No obstante, señala que los dos arroyos originales que rodeaban la campa confluyen ahora y expresa sus dudas respecto a que, en momentos de crecida, el aliviadero tenga capacidad suficiente para evacuar el agua que arrastran ambos.
Cadenas también insiste al Principado en que los vecinos tienen claro que esta medida es algo provisional e hizo especial hincapié en la necesidad de restaurar la zona. El presidente de la junta vecinal recuerda que «el pueblo de Tormaleo no estaba de acuerdo con la explotación a cielo abierto». Las negociaciones con la empresa, añadió, no daban sus frutos hasta que «la Administración amenazó con una expropiación y el pueblo tuvo que negociar».
Así que, añade, «si en su día pusieron tanto interés y se dieron tanta prisa para poner en marcha la explotación, esperamos que ahora pongan el mismo empeño y rapidez para la restauración». Y no solo eso, sino que se cumpla lo contenido en la Declaración de Impacto Ambiental, donde, apunta, se recoge que las pendientes no pueden ser superiores a los 35 grados «y lo restaurado hasta ahora no lo está cumpliendo».
También indican que parte de los avales depositados por la empresa ya fueron devueltos en 2013, después de que el Servicio de Restauración y Evaluación Ambiental certificase que en la zona se habían restaurado unas 91 hectáreas de las 296 afectadas. Ahora confían en que el resto de avales «se mantengan a buen recaudo, hasta que se lleve a cabo la recuperación de la zona».
Pancartas reivindicativas
Los vecinos tienen claro que llegarán hasta donde haga falta para que la actuación se lleve a cabo. En la zona se han instalado algunas pancartas reivindicativas con mensajes al empresario Victorino Alonso. En una de ellas se recoge, por ejemplo, 'Las médulas de Vitorino. Siglo XXI después de Cristo'. Una alusión al paisaje formado por la antigua explotación minera de oro romana, en la comarca de El Bierzo, en León.
En julio de 2013, Coto Minero Cantábrico, entonces propiedad de Victorino Alonso, declaró el concurso voluntario de acreedores y en septiembre se abrió la fase de liquidación. La compañía es la concesionaria de los derechos mineros en Tormaleo que, desde 2007, estaban cedidos en régimen de arrendamiento a Uminsa, propiedad también del empresario minero leonés, por 200.000 euros y un período de 50 años. Tras el cese de la actividad y como consecuencia de la situación concursal, la instalación quedó abandonada, lo que provocó una acumulación progresiva de agua en el hueco de la explotación.
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