Isabel Gómez
Sábado, 22 de agosto 2015, 02:30
La Feria Campomar cierra el calendario festivo del verano en Tapia y este año lo hace con un brillo especial. Así será, al menos, para la veintena de personas que ayer descubrieron el interior del faro de Isla Tapia, una construcción que empezó a funcionar el 1 de septiembre de 1859 y que, por primera vez, se ha abierto en el marco del tradicional certamen agroalimentario.
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José Ramón Menéndez, farero de Busto, y Juan Carlos García, oficial de la Autoridad Portuaria de Avilés, fueron los encargados de recibir y guiar esta visita, una idea bien acogida por los profesionales: «Cambiaría el concepto de la gente. Desde tierra se ve un edificio, un cabo, una punta muy guapa, pero la función es verlo desde el mar, ver una luz», señaló Menéndez, que se encargó de sustituir al inquilino del faro tapiego, Orlando García.
Frente a la residencia de esta estructura -el de Tapia y el de Busto son los únicos faros habitados de la costa occidental-, Menéndez explicó que fue concebida para Isla Pancha, en la costa de Ribadeo, «pero desde aquí se cubría más zona de costa», por lo fue en el litoral tapiego donde se erigió una construcción electrificada en 1944.
Hoy alerta a los navegantes con una bombilla halógena de 230 voltios y 1.200 vatios que, gracias a la disposición de las lentes de la linterna, tiene un alcance de 18 millas náuticas, indicó Juan Carlos García. Además, resaltó que esta luz, debido a una cúpula acristalada, también sirve de referencia a las aeronaves.
Este oficial, junto a otros dos compañeros y los fareros de Busto y Tapia, son los encargados del mantenimiento de los ocho faros dependientes de la Autoridad Portuaria de Avilés, además de las luces de la ría del Eo y las balizas de la avilesina. «Los faros funcionan porque llevamos un mantenimiento continuo», afirma Menéndez. No obstante, hay imprevistos. Por ejemplo, el impacto de un rayo. Por eso, estos faros cuentan con sistemas de reserva automáticos. El de Tapia es un pequeño dispositivo rotatorio al que están adheridas cuatro bombillas que, en caso de avería, gira y activa el siguiente dispositivo.
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«Tienen magnetismo»
Poder ver este sistema de cerca fue una de las partes más atractivas de la visita, que también permitió a los participantes disfrutar de una panorámica única de Tapia desde el balcón del faro: «Ha sido muy interesante», dijo José Carlos Andrés, un vecino de Madrid que disfrutó de la visita con su familia tras ocho veraneando en Tapia. José Manuel Saavedra, por su parte, subrayó que los faros «tienen mecanismos muy simples, pero siempre han tenido algo de magnetismo».
La llegada y salida del faro estuvieron asistidas por miembros de la asociación Amigos de la Historia de Tapia, que indicaron que la torre actual se construyó en 1960. Por la tarde, se organizó una visita a la rula, la única que conserva la tradición de subastar el pescado a viva voz.
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Esta es otra de las innovadoras propuestas de esta XXIII Feria Campomar, que hasta mañana congrega a 120 expositores. Otra de las novedades de esta edición son los talleres artesanos. Hoy, a las 12.30 horas, frente al Ayuntamiento, se realizarán artes y aparejos de pesca y mañana, cestos.
Esta tarde, a las 17.30 horas, también se disputará la 'X Carreira de Embarcacióis Feitas a Brosazos' y, a las 20 horas, se homenajeará a los Hombres y Mujeres de la Mar y del Campo, María Esther Sixto, de Tapia, y Baltasar López, de La Roda. A este programa se suman las Jornadas del Bonito del Real Tapia.
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