El occidente, cauteloso ante la apertura parcial de A Mariña

Para la mayoría de negocios, la nueva situación en A Mariña lucense -con el desconfinamiento de los concejos de O Vicedo, Ourol, Alfoz, Lourenzá, Mondoñedo, Trabada y Valadouro- modifica «poco» la situación que se estaba viviendo desde el pasado domingo en los municipios de la frontera asturiana. El miedo sigue presente y las restricciones a la movilidad se mantienen en la costa, por donde fluyen la mayoría de comunicaciones. Incluso en Burela, la Xunta ha decretado un cierre todavía más estricto al concentrar el 80% de los casos y tener al mayor número de personas aisladas; no podrán comunicarse con el resto de la comarca como venía sucediendo.

Por el momento, los ayuntamientos del occidente descartan tomar medidas más contundentes, como en Cangas de Onís, donde se ha establecido un sentido de circulación y se han puesto en funcionamiento los semáforos. Ni siquiera a raíz del positivo en el área sanitaria de Jarrio. «No creo que sea necesario llegar a tanto. Estamos pendientes de lo que diga el Principado», señala el regidor castropolense, Francisco Vinjoy. En la misma línea se pronuncia Cecilia Pérez, alcaldesa de El Franco y presidenta de la Federación Asturiana de Concejos: «Estamos como antes. Solo nos queda extremar la cautela y la precaución».

Al otro lado del puente de los Santos sí comienza a ser palpable la preocupación. La Asociación de Comerciantes, Industria, Servicios y Autónomos de Ribadeo calcula pérdidas de un millón de euros en la última semana. Según el colectivo, la hostelería ha perdido el 85% de la facturación.

El hostelero asturiano, Santiago Fernández, tiene locales en Tapia y Ribadeo. Allí nota una bajada «a mínimos» y observa con «inquietud» lo que podría replicarse a escasos kilómetros. Su establecimiento reparte croquetas a otros restaurantes y a domicilio. En los hogares el consumo se mantiene, pero ya no cuenta con el impulso económico de los chiringuitos gallegos. «Sin la Semana Santa y el verano este sector no tiene nada que hacer».