478 millones en obras hasta 2030 para llevar el saneamiento al 89% de la población regional

Así lo explicó el vicepresidente asturiano, Juan Cofiño, tras la reunión del Consejo de Gobierno. Entiende él que queda completado «el ciclo del agua», ya que ambos planes, el de abastecimiento (ya en marcha) y el de saneamiento (que arranca ahora) se solaparán en el tiempo. «Con llevan una inversión de más de 1.000 millones», recordó, que saldrá de las arcas regionales, «pero que cuenta también con aportación del Gobierno central». De hecho, quiso dar las gracias públicamente «a la ministra Teresa Ribera (de Transición Ecológica y Reto Demográfico) y al secretario de Estado (en relación a Hugo Morán) por el apoyo que nos han dado».

Apuntó el vicepresidente que «da la sensación de que en Asturias no hay problema de abastecimiento de agua, pero no es verdad» y señaló que con el plan de abastecimiento «con la traída de agua desde el Narcea hasta la zona más oriental de la comunidad», se garantiza «el abastecimiento para generaciones».

El plan de saneamiento supone la inversión de 478 millones hasta 2030 para completar el tratamiento de las aguas residuales en todas las zonas urbanas y hasta en todos los núcleos de población de más de cien habitantes. Es decir, garantiza el saneamiento para el 89% de la población, ya que aún hay 110.213 asturianos que viven en núcleos con menos de cien vecinos.

La mayoría del presupuesto, 455 millones, se destina «a la ejecución de un potente programa de infraestructuras, con 11 líneas de acción y 248 medidas. Las principales se dirigen a la construcción de más de 100 nuevas instalaciones de saneamiento y depuración, tanto en zonas urbanas como rurales», informó.

Observatorio del agua

Cofiño también recordó que este plan incluye «medidas destinadas a emprender nuevos retos en materia de economía circular, en concreto la regeneración de aguas residuales para su reutilización o la valorización de lodos», algo que permitirá obtener bioenergía y biomateriales.

El plan recoge la elaboración de una nueva Ley de Aguas o la creación de un Observatorio del Agua. Se acometerá, además, «la ampliación, mejora y renovación de más de 60 instalaciones existentes, como la depuradora de Maqua, en Avilés, o la de la zona Oeste de Gijón». También se ampliarán los colectores de las áreas urbanas y se renovarán otros.